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20 June 2011

Expertos españoles inciden en la importancia de un mayor control de la hipertensión en pacientes de alto riesgo cardiovascular



Expertos mundiales en hipertensión arterial (HTA) se han reunido en el 21º Congreso de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH, siglas en inglés) para abordar los principales avances conseguidos gracias a las últimas investigaciones y presentar las perspectivas más notables dentro del tratamiento de la HTA.
En el marco de este congreso, Novartis ha organizado un encuentro con expertos españoles en hipertensión en el que han participado el Dr. Josep Redón, quién tomará posesión como nuevo Presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión y es Jefe del Servicio de Medicina Interna y Coordinador de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico Universitario de Valencia; el Dr. Javier Díez, Catedrático de Medicina Cardiovascular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y Director del Área de Ciencias Cardiovasculares en el Centro de Investigación Médica Aplicada y Clínica de la Universidad de Navarra y el Dr. Luis Ruilope, Profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid, Jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital 12 de Octubre de Madrid.






-Alerta en pacientes hipertensos de edad avanzada
"Hoy en día, el 32% de la población adulta en España padece hipertensión y, en el caso de las personas mayores de 65 años, el porcentaje de afectados supera el 70%", ha comentado el Dr. Redón. Este último grupo de pacientes presenta cifras de presión arterial sistólica elevadas, factor que se asocia a un mayor y acelerado deterioro cognitivo, así como, a un mayor riesgo de ocurrencia de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca o cardiopatía isquémica.
"Disponemos de una amplia información relacionada con pacientes de edad avanzada pero, por el momento, no existe una evidencia cierta de cuáles son los niveles de presión arterial a partir de los cuáles deberían empezar a tratarse, ni tampoco, hasta qué punto es necesario disminuir su presión arterial", ha explicado el Dr. Redón. En este sentido, "el estudio APOLLO, que forma parte del programa ASPIRE HIGHER de Novartis, ofrecerá resultados que darán respuesta a estas incógnitas y, además, analizará la protección que los inhibidores directos de la renina (IDR) pueden proporcionar a este tipo de pacientes, determinando los valores hasta donde se debe disminuir su presión arterial y logrando que su deterioro progresivo –tanto cognitivo como de autonomía-, se retrasarse", ha añadido el Dr. Redón.
Los IDR son un tipo de fármacos que se utilizan para bloquear la acción de la renina, una enzima producida por los riñones que desencadena un proceso que estrecha los vasos sanguíneos y que cuando se activa de forma inapropiada conduce al desarrollo de hipertensión arterial y al daño orgánico.
De la supresión del sistema renina-angiotensina (SRA) se derivan importantes beneficios tanto en términos de morbilidad como de mortalidad. De ahí la necesidad de realizar una investigación continúa para implementar nuevas estrategias que permitan optimizar la inhibición del sistema renina, principalmente a través de la búsqueda de nuevas terapias.
Las Guías Europeas de Manejo de la Hipertensión Arterial, evaluadas por la Sociedad Europea Hipertensión, incluyen los inhibidores directos de la renina (IDR) como un grupo farmacológico eficaz en el tratamiento de la hipertensión y aconsejan su uso en combinación con otros medicamentos, en los pacientes en los que no se consiga el control con la monoterapia.






-El control de la hipertensión en pacientes de alto riesgo
Hay pacientes que presentan diversos factores de riesgo asociados a la hipertensión, que son diabéticos o que tienen alguna forma detectable de daño orgánico, síndrome metabólico o alguna enfermedad cardiovascular o renal clínicamente relevante. Este grupo de personas son consideradas pacientes de alto riesgo.
El Dr. Luis Ruilope ha comentado que "en el caso de estos pacientes el riesgo de padecer un evento cardiovascular, que incluso pueda ocasionarles la muerte, supone una probabilidad extremadamente elevada". Y aconseja seguir las recomendaciones de las guías europeas en el manejo de este perfil de pacientes.
"El advenimiento de los IDR ha abierto nuevos campos de investigación en el tratamiento de la hipertensión, que resultan enormemente atractivos para lograr el control de la presión arterial, ya que frenan los efectos propios de la renina y, como consecuencia, el desarrollo de la hipertensión arterial y el daño orgánico", ha expuesto el Dr. Ruilope.
"Dado que los pacientes de alto riesgo, sobre todo los diabéticos y con enfermedad renal crónica, deben controlar varios factores para lograr alcanzar las cifras de presión arterial recomendadas, normalmente, necesitan una terapia basada en la combinación de medicamentos", ha añadido.
Las Guías Europeas de Manejo de la Hipertensión Arterial recomiendan utilizar combinaciones fijas de antihipertensivos en este tipo de pacientes ya que simplifican la pauta de tratamiento y favorecen un mejor cumplimiento.






-Paciente hipertenso y daño orgánico
Las patologías cardiovasculares pueden ser consideradas dolencias sistémicas y se desencadenan por factores genéticos y de riesgo, como la hipertensión o la diabetes, que pueden afectar a distintos órganos (corazón, cerebro y riñón). Tal y como ha establecido el Dr. Díez durante su intervención, "la hipertensión arterial y la diabetes mellitus constituyen las causas principales de enfermedad cardíaca (infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca), vascular cerebral (ictus, demencia) y renal (enfermedad renal crónica), especialmente en el caso de las personas ancianas".
"Teniendo en cuenta que los estudios demográficos determinan el envejecimiento progresivo de la población y que las estadísticas disponibles predicen el incremento de la prevalencia de la hipertensión y la diabetes en España, no cabe duda de que el impacto clínico y sanitario del daño cardíaco y renal presente en los pacientes hipertensos y/o diabéticos se incrementará en las próximas décadas", ha añadido el Dr. Díez.
A lo largo de su intervención, el Dr. Díez ha hablado sobre la necesidad de tratar precozmente los factores que pueden dañar el corazón y el riñón de los pacientes hipertensos o con diabetes mellitus tipo 2 –que frecuentemente coexisten en un mismo paciente, sobre todo, si es obeso o presenta el denominado síndrome metabólico-. Además, ha incidido en el reto de tratar agresivamente dichos factores cuando el daño ya está establecido, pero evitando introducir factores iatrogénicos que pudieran dañar per se a los órganos.
Por último, el Dr. Díez ha comentado que resulta imprescindible que los profesionales médicos dispongan de un conocimiento multidisciplinar al tratar con pacientes hipertensos.
Según el Dr. Díez, "el sistema cardiovascular es y funciona como una unidad indivisible que cuando está expuesto a procesos sistémicos, como la hipertensión y la diabetes, se daña y sufre a múltiples niveles y simultáneamente. Esto significa que no se puede ignorar que un paciente hipertenso con disminución del filtrado glomerular seguramente presenta también alteraciones de la función diastólica ventricular, o que un paciente diabético con un infarto de miocardio por arterosclerosis coronaria con gran probabilidad tendrá placas ateroscleróticas en las arterias carótidas o en las arterias de las extremidades inferiores".

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