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30 May 2011

La SEH-LELHA llama la atención sobre los beneficios de abandonar el tabaco para la salud cardiovascular



El tabaco es un "hábito" que le cuesta la vida cada año a más de cinco millones de personas en todo el mundo de las que uno de cada cinco fallecidos es un adulto, según fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), además de ser la primera causa prevenible de mortalidad y morbilidad en los países desarrollados. De los fallecimientos producidos por el tabaco, más del 70% son por cáncer de pulmón, bronquios y tráquea y cerca del 11% por cardiopatía isquémica, la principal causa mundial de mortalidad. De ahí que, en el Día Mundial sin Tabaco, que se celebra mañana, la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) alerte del riesgo de fumar para la salud y recomiende a la población dejar de fumar.
"El tabaco es uno de los principales enemigos de la salud cardiovascular", advierte la doctora Nieves Martell, presidenta de la SEH-LELHA, quien aconseja abandonar este hábito como medida preventiva cardiovascular. "Las ventajas de dejar de fumar son indudablemente múltiples: reduce los niveles de presión arterial, los espasmos, las enfermedades coronarias y previene la aparición de tumores pulmonares", puntualiza "De hecho, los beneficios para la salud son mayores que cualquier otro síntoma provocado por la abstinencia". De lograrlo, el exceso de riesgo de enfermedades cardiovasculares se reduce a la mitad después de un año de abstinencia y al cabo de diez años el riesgo de eventos decaerá hasta niveles de un no fumador, entre otras muchas ventajas.
Asimismo, la probabilidad de infarto no mortal disminuye más rápidamente que la mortalidad global, reduciéndose en un 50% en los primeros doce meses e igualándose a los niveles de un no fumador al cabo de tres años. "No fumar reduce igualmente el riesgo de cáncer y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los estudios revelan que los fumadores que dejan el tabaco alrededor de los 30 años tienen un 90% de posibilidades menos de morir prematuramente por enfermedades relacionadas con el tabaco. En el caso de las personas de más de 50 años, el riesgo de muerte prematura desciende en más del 50% en comparación con quienes siguen fumando", explica la doctora Martell.



-Beneficios para la salud
A los 20 minutos la presión arterial regresa a su nivel normal, lo mismo que la frecuencia cardiaca y la temperatura de pies y manos
Tras 8 horas el oxígeno tiene los niveles adecuados para el cuerpo, lo que permite que la respiración sea más profunda y los pulmones se oxigenen de mejor manera
A las 72 horas los pulmones aumentan de volumen, lo que mejora la respiración, el sentido del gusto y del olfato, por lo que se puede oler y saborear de manera más adecuada.
Doce semanas después de abandonar el hábito mejora la circulación sanguínea, lo mismo que el funcionamiento de los pulmones.
A los 9 meses de abandonar el tabaco se reduce la tos, la congestión y la sensación de falta de oxígeno. Asimismo, la cilia de los pulmones (pequeños filamentos) crece de nuevo
Luego de 5 años sin fumar, la persona reduce en un 50% el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón; mientras que después de 10 años, dicho riesgo es similar al de una persona que nunca fumó
Por otra parte, el riesgo de padecer cáncer de vejiga se reduce en un 50% en tan sólo unos años de haber dejado de fumar, así como el cáncer de la cavidad bucal y del esófago
Después de 15 años de haber abandonado el hábito de fumar el riesgo de una enfermedad del corazón se reduce hasta llegar a ser igual al de una persona que nunca fumó.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad
http://www.pmministries.com/ministeriosalud/tabaco/tabacoindex.htm






-Tabaco: ¿Cómo afecta al sistema cardiovascular?
El cigarrillo, al igual que el colesterol elevado, la diabetes o la hipertensión arterial, son factores de riesgo que, además de relacionarse entre sí, actúan negativamente sobre la salud cardiovascular. "El humo del tabaco entra por los pulmones, pasa al torrente sanguíneo y llega al corazón a través de las arterias coronarias que lo irrigan. Este humo llega con nicotina y monóxido de carbono, sustancias que reducen la irrigación de sangre y pueden producir una isquemia, reduciendo la concentración de oxígeno en el músculo cardíaco", explica la presidenta de la SEH-LELHA. Además, continúa, "la nicotina lesiona las paredes arteriales, posibilitando la formación de ateromas, ligado a la ateroesclerosis, que reducen el calibre de las mismas".
A efectos prácticos, el consumo de tabaco actúa sobre el sistema cardiovascular aumentando el ritmo del latido del corazón, elevando la presión arterial, además de favorecer la aparición de arterioesclerosis, la probabilidad de sufrir arritmias y las necesidades de oxigeno del organismo, lo que supone una carga añadida para el funcionamiento del corazón.
Otra cuestión a tener en cuenta es que las personas fumadoras tienen alterado el sentido del gusto, por lo que no captan los sabores propios de los alimentos. "De ahí que tengan la necesidad de añadir más sal en las comidas, lo que les hace más vulnerables a desarrollar hipertensión arterial, otro indicador de riesgo cardiovascular", explica la doctora Nieves Martell. Pero además, como señala esta experta, "el tratamiento antihipertensivo en los pacientes que fuman es menos eficaz y los problemas asociados a la hipertensión son más importantes y frecuentes en fumadores que en los que no lo hacen", concluye.

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