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11 May 2011

La esquizofrenia afecta no sólo al control de los pensamientos, sino también al control de funciones básicas como, por ejemplo, la tensión arterial.

“Hace cuarenta años era impensable que una persona con esquizofrenia viviese fuera de un hospital psiquiátrico”. La frase esconde una terrible realidad y refleja la evolución en el tratamiento de una enfermedad mental que afecta a una de cada cien personas. En la última década, la investigación ha descubierto “síntomas de la esquizofrenia que afectan al deterioro cognitivo de la persona, algo que la comunidad científica descartaba tiempo atrás. La pérdida de memoria y la falta de atención asociadas a la esquizofrenia son tan invalidantes como el alzhéimer porque impiden al paciente salir de casa y afectan a su autonomía”. Precisa el especialista que “la esquizofrenia es más invalidante en el ambiente urbano que en el rural, quizás porque el impacto del estilo de vida en este entorno es menos exigente”.

“Es cierto que hoy por hoy no existe una pastilla que cure la esquizofrenia, una patología que afecta a todas las funciones mentales del ser humano”, asegura Pedro Sánchez, profesor del departamento de Neurociencias de la UPV/EHU y médico del Hospital Psiquiátrico de Álava. “No obstante, sí existen fármacos que tratan síntomas positivos de la enfermedad, aquellos que no están presentes en las personas sanas y que aparecen en los enfermos, asuntos tales como las ideas delirantes, alucinaciones, la sensación de que otras personas escucha sus pensamientos, etc.”

La farmacología actual no encuentra respuesta, hasta la fecha, para los síntomas negativos de la enfermedad, “aquellos que se fenómenos mentales que existen en la personas sanas y desaparecen en pacientes con esquizofrenia. Abulia, apatía, dificultades para las relaciones sociales o para mantener una conversación son cuestiones recurrentes en una persona afectada por la esquizofrenia y problemas de compleja solución farmacológica. Todo esto repercute en los cuidados de la higiene o en las dificultades para encontrar un trabajo”.

Ante esta disyuntiva, Pedro Sánchez recomienda “un tratamiento multidisciplinar de la esquizofrenia que combine fármacos con terapias de rehabilitación. Las personas afectadas”, puntualiza, “precisan muletas sociales, apoyos que en ocasiones se plasman en su ingreso en pisos tutelados. La Diputación Foral de Bizkaia ha hecho un esfuerzo grande en este campo, pero aún es insuficiente. Así mismo, sería necesario fortalecer las redes de hospitales de día y de empleos protegidos”.

A la hora de la integración social ha de tenerse en cuenta que “la esquizofrenia afecta no sólo al control de los pensamientos, sino también al control de funciones básicas como, por ejemplo, la tensión arterial. Las investigaciones alrededor de esta patología no detectan diferencias entre hombres y mujeres a la hora de valorar la prevalencia de la enfermedad”.

De estas y otras cuestiones hablará Pedro Sánchez ante los alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y ante la sociedad en la conferencia que imparte hoy, 11 de mayo de 2011 en la Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao a partir de las 19:00, bajo el título Esquizofrenia, terapia para integración social en una iniciativa que lleva por título Encuentros con la Salud.

Encuentros con la Salud es una actividad organizada de forma conjunta por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, la facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea y la agencia especializada Docor Comunicación. En esta ocasión, la actividad cuenta con el patrocinio del laboratorio farmacéutico Jannsen-Cilag.

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