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02 May 2011

Dos centros de investigación vascos participan en un proyecto europeo para hacer frente al cáncer de páncreas

Para que llegue el día en el que se pueda tomar una pastilla que combata solo las células cancerígenas de un tumor en el páncreas de forma selectiva y personalizada en función de las necesidades de cada paciente pueden pasar diez años. Es el tiempo que los científicos estiman para poder desarrollar nuevos sistemas basados en la nanotecnología para el diagnóstico precoz y el tratamiento eficaz de uno de los cánceres más malignos; el 80% de los que padecen esta enfermedad, fallecen.
Se trataría de seleccionar y acabar solo con las células tumorales
El proyecto SaveMe está encaminado en lograr este objetivo. Dos centros de investigación vascos CIC biomaGUNE y Cidetec-IK4, ubicados en San Sebastián, participan en un ambicioso proyecto europeo en el que intervienen un total de 30 entidades cientifico-tecnológicas de nueve países liderado por la Universidad de Tel Aviv. Con un presupuesto de 13 millones de euros durante cuatro años los científicos del proyecto trabajarán por áreas y se reunirán cada seis meses en uno de los centros para analizar los resultados.
Apartamos de los microscopios durante un rato a dos de los científicos implicados en lograr un tratamiento eficaz para el cáncer de páncreas. Iraida Loinaz y Jordi Llop son químicos y sus realizan trabajos complementarios. Loinaz es jefa de la Unidad de Biomateriales de Cidetek-IK4 donde se fabrican las nanoparticulas y Llop es responsable de radioquímica e investigador de la Unidad Molecular de CICbiomaGUNE, donde se elaboran técnicas de imagen como, por ejemplo, resonancias magnéticas nucleares. Es decir, herramientas que permitirán ver a dónde van las nanopartículas, por dónde se eliminan, cómo se distribuyen o si están matando las células cancerígenas.
Uno de los pilares fundamentales del proyecto europeo es la integración de conocimiento multidisciplinar a través de centros de investigación, hospitales, universidades y empresas que trabajan conjuntamente para acelerar los resultados. "Es vital que los médicos, quienes están todos los días diagnosticando tumores, sean quienes traccionen hacia donde les interesa a ellos que se dirija la investigación porque al final los investigadores muchas veces olvidan cuál es el problema real", reconoce Llop.
En los próximos cuatro años (el proyecto arrancó el pasado mes de marzo) el trabajo que se realizará en cada equipo está diseñado al milímetro. Únicamente se probará en animales pero si cuando se acabe el proyecto algunas de las nanoparticulas desarrolladas resultan una terapia efectiva para el tumor de páncreas en los ratones se presentará otro proyecto a una nueva convocatoria para hacer una traslación a humanos.
"Es una oportunidad poder trabajar en un equipo multidisciplinar y probar tu tecnología y ver hasta dónde llega. Es la única forma de afrontar proyectos de tal dimensión, de otra forma sería imposible", señala Loinaz. Su compañero va más allá: "El concepto de Madame Curie descubriendo nuevos tipos de radioactividad en un sótano está obsoleto, ha pasado a la historia". Ahora, cualquier proyecto de cierta envergadura con cierto impacto para la salud lleva la participación de muchos grupos de investigación con conocimientos científicos diferentes. "Es esa conjunción de conocimientos lo que puede lograr un resultado satisfactorio", añade Llop.
Ya existen pastillas desarrolladas a partir de nanopartículas como los antibióticos nuevos que, en vez en vez de cada 8 horas, se tomen cada 12. Las nanopartículas son polémicas pero no desconocidas. "Hay que estar seguros de que estos nanotransportadores sean fiables y seguros, por eso preocupa tanto la utilización de la nanotecnología en humanos", aclara Loinaz.
La idea final pasa por una terapia personalizada para tratar el cáncer de páncreas. Cada enfermo responde de forma diferente. Si se sabe el medicamento que necesita cada paciente, las nanoplataformas harían de vehiculo transportador. A este vehículo se pegarían agentes de imagen, agentes para dirigirla, agentes terapeúticos. "Es una plataforma modular con la idea de hacer una medicina personalizada", señalan ambos científicos. Se trata de conocer cómo se desarrolla la enfermedad en cada uno de los pacientes y poner en esa plataforma el mejor tratamiento que le puede funcionar. Además, estos vehículos diminutos deben ir selectivamente a las células tumorales y no a las sanas. "Ese es el gran avance que se quiere hacer en el cáncer de páncreas", concluye Llop.

--El proyecto
- El cáncer de páncreas es un tumor maligno que se origina en la glándula pancreática y es la modalidad de cáncer más maligna; el 80% de los afectados fallecen.
- En el proyecto europeo SaveMe participan un total de 20 entidades cientifico-tecnológicas de nueve países incluidos dos centros vascos. Dura cuatro años y cuenta con un presupuesto de 13 millones de euros.
- El objetivo principal es desarrollar nuevos sistemas basados en la nanotecnología para el diagnóstico precoz y el posterior tratamiento. En esta primera fase, solo se probará en animales.

**Publicado en "EL PAIS"

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