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24 March 2011

Se inaugura en Aranda de Duero la exposición que recorre los 175 años de historia de los refrescos


¿Quién no recuerda las gaseosas de cristal, los clásicos sifones sobre la barra del bar o al chico de Coca Cola Light diciéndonos que nos tomásemos un respiro a media mañana? Todos hemos tarareado alguna vez "dame 24 horas Kas", hemos aprendido a pronunciar Schweppes con el hombre de la tónica o hemos hecho nuestro el famoso eslogan "Si no hay Casera, nos vamos".
Y es que los refrescos forman parte de nuestra historia desde hace 175 años. Desde los primeros sifones y gaseosas hasta llegar a nuestros días donde la variedad de productos es la principal característica –con y sin gas, con azúcar o light, de multitud de sabores, etc.-, los refrescos y su industria han cambiado mucho. Igualmente, la publicidad, los envases y los procesos de elaboración se han ido modernizando con el paso de los años.
Toda esta evolución se puede ver en la muestra que hoy han inaugurado el Alcalde de Aranda de Duero, Luis Briones, la Concejala de Cultura, Mar Alcalde Gola, la Directora de La Obra Social de Caja de Burgos, Rosa María Pérez Antón, el Presidente de ANFABRA, Iñigo Madariaga, y el Gerente de la empresa arandina Secundino García, Florencio García. También han acudido representantes de la industria de las bebidas refrescantes y de las asociaciones de hostelería de la zona.
"Esta Exposición recorre los 175 años de los refrescos en España y muestra cómo han ido evolucionando las bebidas refrescantes y su industria a lo largo del tiempo. Aranda de Duero también forma parte de esa historia, ya que en los años 50 y 60 llegó a haber 5 fábricas de gaseosas", comenta Florencio García, Gerente de la empresa Secundino García, que lleva elaborando bebidas refrescantes en Aranda de Duero desde 1955.
La exposición permanecerá en la Obra Social de Caja de Burgos-Banca Cívica del 24 de marzo hasta el 25 de abril en Aranda de Duero. Cuenta con elementos de gran valor histórico, como una de las botellas del primer refresco sin gas, que tiene la forma de las tres naranjas valencianas que se utilizaban para elaborarlo y que dieron lugar a su nombre, Trinaranjus, distintos envases de marcas tan conocidas como Coca Cola, Pepsicola, Fanta, Kas o la reproducción de una de las botellas creadas por Jean Jacob Schweppes para contener la tónica en el siglo XVIII. En total, más de un centenar de botellas, tapones y etiquetas que ponen de manifiesto la transformación a lo largo del tiempo.


-Mucha historia que contar
Las primeras bebidas refrescantes fueron los sifones, que se elaboraban en farmacias. En sus orígenes se utilizaban para mejorar pequeñas afecciones estomacales pero su consumo se extendió por su buen sabor y su capacidad refrescante para saciar la sed. Ya a comienzos del siglo XX, la oferta era amplia: zarzaparrillas, naranjadas, limonadas, etc.
La gaseosa ha sido un producto clave en la historia de los refrescos, ya que durante décadas lideró el mercado y estuvo presente en todos los hogares. Buena prueba de ello es que en los años 50 había más de 5.000 fabricantes de bebidas gaseosas en el país, que distribuían sus productos por su provincia.
También en los 50 empieza a popularizarse un refresco que ya era conocido en otros países, el refresco de cola, que con los años se convertiría en uno de los preferidos. A partir de la década de los 60, sabores especiales como la tónica o el bitter, supusieron una importante novedad en un mercado dominado por los refrescos dulces. Después, en el contexto de una sociedad que cada vez daba más valor a la imagen y al aspecto físico, aparecerían los refrescos light. También fue aumentando paulatinamente el consumo y la variedad de refrescos sin gas y bebidas que cada vez tienen más valores añadidos.
Pero no sólo aumentaba la oferta de sabores, los envases también se iban adaptando a las nuevas necesidades. A través del centenar de botellas que forman parte de la exposición, se puede observar cómo el cristal era el material más empleado en los primeros años. También el envase del sifón era muy característico, con su cota de malla. Poco a poco se fueron aligerando las botellas y aparecieron las latas y el plástico PET, que es el material más utilizado en la actualidad.
Al mismo tiempo que cambiaban los envases lo hacían los cierres-. Desde los más antiguos como el corcho atado con una cuerda o el de bola, pasando por los característicos de las gaseosas, los tapones a presión de porcelana y alambre que estaban cubiertos con un capuchón de plástico o de papel.


-Larga tradición en Aranda de Duero y en Castilla y León
Aranda de Duero es una localidad con gran tradición en la industria de las bebidas refrescantes. Durante las décadas de los 50 y 60 llegó a haber hasta 5 empresas en la zona que se dedicaban a su elaboración.
Con el tiempo, el desarrollo industrial hizo que la fabricación de refrescos experimentara algunos cambios. Hoy en día en España, además de marcas muy conocidas, siguen existiendo pequeñas empresas familiares, como es el caso de Secundino García en Aranda de Duero, que mantiene la tradición en la elaboración de refrescos.
En total, en Castilla y León hay más de 20 empresas que fabrican y distribuyen bebidas refrescantes. Esta industria genera en la Comunidad más 2.000 empleos, entre puestos directos e indirectos. Y en España, supone más de 30.000 puestos de trabajo.

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