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03 February 2011

El parto sin sufrimiento es posible con el uso de la anestesia epidural


Dadas sus características, la epidural es idónea para las mujeres que van a dar a luz. La técnica se utiliza en muchas otras intervenciones quirúrgicas –prótesis de rodilla y cáncer de colon– aunque su uso en partos es particularmente beneficioso porque permite reducir el dolor al tiempo que se está consciente para poder empujar.
Así lo aseguraron ayer el doctor Francisco Poce, anestesiólogo del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, e Inmaculada López, supervisora de partos del mismo hospital, durante la séptima sesión del Aula de Pacientes de la Cátedra Externa del Dolor Fundación Grünenthal-UCA. Bajo el título, Epidural en el parto, los especialistas explicaron a los asistentes en qué consiste la técnica, cómo se administra y detallaron sus ventajas e inconvenientes, abordando los antecedentes históricos y miedos que sigue generando la anestesia epidural.
El concepto tradicional de un parto doloroso ha quedado confinado al pasado gracias a la epidural. Cuando dan a luz, la mayor parte de las mujeres en España se benefician de esta técnica que consiste en localizar un espacio anatómico próximo a la medula espinal y depositar un anestésico que consiga bloquear la sensibilidad dolorosa, permitiendo un parto más llevadero.
Durante la conferencia, López destacó que "actualmente la epidural es más ligera y permite comodidades a la mujer antes del parto, como por ejemplo movilizarse". Asimismo, también hace que "la paciente no esté dormida durante el momento del parto y que sea consciente en todo momento de ello, con el fin de que se puedan producir los vínculos maternales correspondientes". De hecho, "la idea del dolor del parto ha cambiado mucho a lo largo del tiempo, ya que a día de hoy existen analgésicos para cualquier dolor".
El doctor Poce resaltó que los "efectos secundarios de la técnica son mínimos frente a las ventajas que aporta". En condiciones normales, la aplicación de esta técnica no debería presentar ningún tipo de problema aclaró, "con las agujas y los anestésicos que se utilizan hoy, la técnica es muy segura".
Los anestesistas, explicó Aragón, autorizan la anestesia epidural en el 99% de los casos en los que los pacientes la solicitan. En su hospital, el Puerto del Mar de Cádiz, se administra sistemáticamente a todos sus solicitantes desde hace 11 años.
Por el contrario, se desautoriza a personas con trastornos de coagulación, desestructuraciones anatómicas, en pacientes con tatuajes en la zona lumbar o si el parto ya se encuentra muy avanzado. "Desde el momento en el que se aplica la anestesia hasta que surge efecto pasan entre 10 y 20 minutos; si estimamos que el parto va a durar menos, no recomendamos su aplicación porque no sería útil".
El caso de los pacientes con tatuajes es más complejo. Los anestesistas "optamos por no aplicar la epidural porque la anestesia arrastra células con pigmento del tatuaje al espacio epidural". Es decir, introduce un agente externo (tinta) en este espacio, y "todavía no disponemos de estudios que indiquen que a largo plazo esto no va a tener consecuencias negativas".
Aragón insistió a lo largo de su presentación que el "rechazo de los pacientes" a la epidural está en muchos casos asociado a prejuicios culturales. "Los medios con los que trabajamos han cambiado mucho desde los años sesenta, pero la mentalidad de los pacientes no ha evolucionado al mismo ritmo".
En sintonía con el objetivo del Aula de Pacientes de la Cátedra – hacer entender a los pacientes los motivos de su dolor y cuáles son los tratamientos de los que disponen – Aragón abrió la presentación a preguntas y respuestas, generando un enriquecedor diálogo con estudiantes, pacientes y familiares presentes.

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