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10 February 2011

El fantasma que persigue al fumador

**Artículo del dr Rodrigo Córdoba García
Portavoz del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)


De vez en cuando, y especialmente en las fases mas críticas del debate social, cuando se debaten o aprueban en los parlamentos democráticos nuevas normas reguladoras del consumo de tabaco, podemos leer en la prensa cosas como las que siguen a continuación: “Uno toma a chirigota semejantes mamarrachados por no incurrir en la jeremiada. Pero uno también sabe que, detrás de este pedrisco de estudios insensatos e irrisorios, se encubre una muy calculada estrategia que persigue la exclusión social de los fumadores, su conversión en una nueva raza de humillados y ofendidos despojados de sus derechos mas elementales “.

El autor de las anteriores líneas está en su derecho de frivolizar y burlarse de la ciencia médica y la estadística, pero debería ser consciente que si un día tienen que operarle de una apendicitis o de un cálculo en el riñón, las decisiones claves que tomará el anestesista o el cirujano se hallarán fundamentadas en estudios científicos de los que la estadística es una parte fundamental.

Por otro lado, otro articulista escribió hace pocos años: “Ya se prohíbe fumar en casi todos los trabajos, en casi todos los locales públicos. Con la resignación con que los fumadores aceptamos todas las agresiones a nuestra libertad, no será extraño que la Unión Europea ordene pronto que todos llevemos una estrella amarilla en la manga. En este mundo que alardea de tolerancia, los fumadores somos los nuevos judíos, el pueblo perseguido”.

Un ilustre escritor y académico escribía poco después de aprobarse por un gran consenso la Ley del Tabaco de 2005 en el Parlamento español lo siguiente: “...en estas fechas ha entrado en vigor la dictatorial ley antitabaco... No se olvide que durante cuarenta años ya fuimos tratados por el poder como menores de edad y como vasallos. Ya basta.” Uno de los miembros fundadores del Club Fumadores por la Tolerancia, renegó del tabaco y se alejó del Club, pero seguía afirmando que se persigue a los fumadores: “Cuando dejé de fumar fui, poco a poco, alejándome de la "Asociación de fumadores por la tolerancia", pero no porque estuviera en desacuerdo con ellos (no lo estoy) sino porque me disgustaba el tono "carca" de la revista, y porque poco podía ayudarlos quien ya no fumaba por convicción, que no por gusto. Con los fumadores se está siendo excesivamente duro. Lo creo sin dudas. Su persecución parece obra de curas y curitas acérrimos” A las pocas horas de entrar en vigor la reforma de la ley del tabaco de 2010 otro ilustre escritor también se recrea en los mismos argumentos por llamarlo de alguna manera: «Por cierto: Anna Frank fumaba. La delató un vecino a la Gestapo cuando bajó a fumar al bar». «Prohibamos también las grasas, que engordan. Y toser por la calle, que contagia. Y vivir, que al final siempre mata». Pero al otro lado del Atlántico tampoco se quedan mancos. Un artículo publicado en El Mercurio de Santiago de Chile argumentaba lo siguiente: “¿Vamos a prohibir el huevo con tocino o jamón, por sus efectos perniciosos para la salud? El costo de estas leyes inútiles debiera descontarse de los sueldos de los parlamentarios y, muy especial, de los médicos, que piensan con el corazón y no con la cabeza. Y cuando estas leyes fracasen, espero que no propongan la pena de muerte para los fumadores”. Un candidato sin partido a las elecciones presidenciales de EEUU en 2004 y portavoz del Club de Fumadores (National Smokers Alliance) afirmaba en sus comparecencias cosas de este tipo acerca de la extensión de las regulaciones del tabaco en su país: "Todo esto se esta desbordando. Lo próximo será la regulación de la dieta y sobre como tenemos que criar a nuestros hijos. Nada mas sagrado que todo eso". En Uruguay el candidato del Partido Nacional derrotado en 2010, criticó la Ley que protege a los no fumadores en todos los espacios públicos cerrados con un “mantra” similar: "Si mañana se quisiera ser más justo todavía, lo que se podría hacer es que el fumador pagara más caro el seguro de salud o las cuotas mutuales, porque es más proclive a enfermarse". Agregó "además si seguimos en esto, comer carne gorda, que a mí me gusta mucho y con bastante sal, entonces qué vamos a poner, ¿un inspector de parrillas para ver si me comí uno o dos pedazos de vacío bien cocinados? Me parece que la libertad hay que respetarla”. No hay noticias de que alguno de estos “opinadores” haya dirigido su artillería con tanta insistencia contra el Código de Circulación bajo el argumento de que suponen un acoso o una persecución al conductor temerario. No vamos a decir que toda esta orquesta tenga un único director pero si que estos argumentos reproducen, sin duda, la música que le gusta oír a la industria tabacalera que recomienda precisamente esta estrategia de comunicación y que en sus documentos internos desclasificados por orden judicial resumen en los siguientes principios:
1) Las prohibiciones del tabaco preceden a prohibiciones en otras materias de "elección personal"; 2) Fumar es una "elección personal" que debe estar fuera de controles externos; 3) La intolerancia contra los fumadores es propia de actitudes totalitarias; 4) Se deben crear grupos de presión para defender el enfoque de la “tolerancia” (Estrategia de Philip Morris para España y Portugal para el periodo 1994-1996: “Plan de Aceptabilidad Social del Tabaco). Las columnas de estos plumillas que defienden lo indefendible pueden tener premio. Para muestra un botón: Roger Scruton, filósofo y escritor británico fue despedido como comentarista del Wall Street Journal por no declarar 4.500 libras de retención mensual de una de las tabaqueras más importantes. The Guardian reveló en 2002 que el profesor Scruton, a través de un correo electrónico enviado por su esposa y socia de negocios, pedía a Japan Tobacco International un aumento de 1.000 libras al mes pese a que ya cobraba 66.000 libras anuales para estimular sus artículos de defensa del derecho a fumar en diversos medios escritos, incluyendo Wall Street Journal, Financial Times, Times, Daily Telegraph y The Independent. Poco después dejo de colaborar con el resto de medios. Después de esto ya nos vamos haciendo una idea de donde proceden los fantasmas. Todo se acaba sabiendo y el debate ficticio del tabaco también tiene su wikileaks.

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