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10 January 2011

La prevención a partir de los 55 es clave en DMAE


La degeneración macular asociada a la edad (DMAE), que provoca graves alteraciones visuales al afectar al centro de la retina, tiene un desarrollo distinto en cada paciente, por lo que la prevención a partir de los 55 años de edad es un elemento esencial ante la cada vez mayor esperanza de vida. Aunque algunos estudios la asocian al tabaquismo, lo cierto es que para retrasar el avance y el daño de las lesiones visuales, el tratamiento de esta patología tardía se lleva a cabo mediante antioxidantes, y en otros casos también a través de inyecciones intraoculares de antiangiogénicos.
Antonio Gómez Dacasa, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, ha señalado en una conferencia en la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria que entre las patologías visuales vinculadas al paso de los años se encuentra la degeneración macular, que provoca alteraciones muy negativas en la retina: "Hay que incrementar la labor de prevención, pues conocemos que suele presentarse a partir de los 55 años, y que es la principal causa de ceguera legal en España".
La edad es el principal factor de riesgo de esta patología, por lo que no se diagnostica en pacientes jóvenes. No obstante, Dacasa ha recalcado que hay estudios que asocian el tabaquismo con un mayor riesgo de aparición precoz de la DMAE: "Se detecta en pacientes asintomáticos a partir de unas alteraciones visuales que en sus estadios iniciales no afectan a la visión. En fases avanzadas, las lesiones aparecen por el daño oxidativo que se produce en las células que están en la mácula", ha añadido.
Este daño oxidativo es inherente a la edad, y, de igual forma, su evolución no es uniforme para todas las personas, sino que su desarrollo es distinto en cada paciente. En cuanto a las formas de diagnóstico de la DMAE, ha señalado que el procedimiento básico se lleva a cabo a través de una prueba de agudeza visual, examen de fondo de ojo y angiografía fluoresceínica, basada en un estudio de imagen mediante contraste.
Para retrasar a largo plazo el avance y la gravedad de las lesiones, el tratamiento de la DMAE tardía se lleva a cabo mediante antioxidantes, si bien hay otros casos que requieren inyecciones intraoculares de antiangiogénicos: "Es importante reconocer los síntomas de esta enfermedad para diferenciarlos de la pérdida de visión relacionada con la edad; ejemplos característicos son no poder marcar los números de teléfono, enhebrar una aguja o distinguir claramente las caras".
El jefe de servicio de Valdecilla ha recordado que la DMAE se puede dividir en tres tipos: precoz, que no tiene síntomas; tardía, que se subdivide en atrófica y asociada a la pérdida progresiva de la visión central, y en húmeda, que es la más grave y se caracteriza por una menor visión, deformación de las imágenes y pérdida de campo visual central.
Según recientes estudios realizados en España y expuestos por Antonio Gómez Dacasa, la prevalencia de la DMAE tardía, que es la que tiene tratamiento, se sitúa en un 4 por ciento a partir de los 55 años, elevándose a un 6 por ciento en mayores de 75 años. En Cantabria se estima que cerca de 9.000 personas pueden padecer esta patología que, en ocasiones, acaba en ceguera.
La vista es el sentido que permite conocer mediante las impresiones luminosas, el volumen, la forma, el color, el tamaño y las demás cualidades de los objetos que nos rodean: "La importancia de este sentido hace necesario mantener nuestra visión en las mejores condiciones posibles, sobre todo porque el incremento cada vez mayor de la esperanza de vida está motivando en las consultas de oftalmología un aumento de la aparición de trastornos asociados a la edad", ha observado.

**Publicado en "Diario Médico"

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