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26 January 2011

El ruido del tráfico aparece como nuevo factor de riesgo para el ictus


A nadie se le escapa que la estrecha convivencia con los coches en las ciudades no es muy saludable. Varias investigaciones han relacionado la contaminación generada por los vehículos con problemas respiratorios y un mayor riesgo para el corazón. La contaminación o el estrés de estar ante el volante no son los únicos que matan. Un nuevo estudio asocia por primera vez el ruido del tráfico rodado con una mayor aparición de ictus (infarto o hemorragia cerebral). Los más jóvenes no acusaron el impacto del ruido en su salud, pero el peligro se elevaba en un 27% por cada 10 decibelios de ruido de tráfico en los que tenían más de 65 años.
La investigación, que se publica en la revista «European Heart Journal», tiene todas las reservas de un estudio epidemiológico. Es decir, no demuestra una relación causa-efecto, aunque los autores del trabajo creen que sí enseña una asociación.


-¿Relación causal?
Para hallar este vínculo se siguió a 51.485 voluntarios, entre 50 y 64 años, durante diez años. Todos estaban enrolados en un gran estudio danés llamado «Dieta, Cáncer y Salud». Un 35% de estos participantes estaban expuestos a una contaminación acústica entre los 60 (un nivel de ruido considerado asumible, como el sonido de una oficina) y los 80 decibelios (sonidos tan elevados en el que comienza el malestar y la irritación para quien lo soporte). El 72 por ciento mantuvo su misma dirección durante el periodo del estudio.
«Si asumimos que nuestros hallazgos representan el riesgo real y la asociación entre el ruido de tráfico y el ictus es causal, entonces un 8 por ciento de todos los casos de ictus y el 19% de los mayores de 65 años podría atribuirse al ruido del tráfico», explica Mette Sorensen del Instituto de Epidemiología del Cáncer de Copenhague en Dinamarca y autor principal del trabajo.
Se desconoce el mecanismo por el que el ruido aumenta los riesgos cerebrovasculares. Aunque se apunta que pueden ser los mismos que interfieren en la relación entre ruido, sueño, hipertensión e infartos. Un mayor volumen de sonido eleva nuestro nivel de estrés, distorsiona el sueño y al mismo tiempo eleva la tensión sanguínea. A partir de los 65 años, las personas mayores tienen más problemas para dormir toda la noche de un tirón y esto también puede hacerles más susceptibles.
No solo los coches son los únicos culpables . En las ciudades, al mapa sonoro de los coches se suma el de las obras ininterrumpidas y el tráfico aéreo. Otros estudios científicos han hallado un mayor número de infartos en las zonas residenciales situadas en áreas sobre las que pasan rutas aéreas comerciales.


**Publicado en "Vocento"

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