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06 December 2010

A la caza del espermatozoide perfecto


Aunque resulte difícil de creer, la selección de los espermatoziodes para buscar un embarazo por medios artificiales es algo tan «sofisticado» como mirar por un microscopio y elegir «a ojo» el gameto que tenga mejor aspecto. La morfología y la movilidad son los principales criterios a la hora de escoger un espermatozoide e inyectarlo en el óvulo. La inyección intracitoplasmática (ICSI) ha desplazado a la Fecundación in Vitro (FIV) tradicional, en la que un grupo de espermatozides intenta fecundar el ovocito y sólo uno de ellos lo logra, es decir, como en una concepción natural pero en el laboratorio. Sin embargo, en aras de lograr la máxima eficacia en reproducción asistida, los especialistas buscan un método para elegir un espermatozoide con garantías de lograr un embrión viable y un futuro bebé.
La selección a criterio de la persona que observa a través del microscopio –una decisión subjetiva– puede tener los días contados si se confirma la efectividad de nuevos sistemas de selección. Desde hace un par de años, existe una prueba capaz de determinar qué porcentaje de espermatozoides de una muestra tienen el ADN fragmentado o defectuoso. Pero luego, tras este análisis, no es posible tomar los que estén sanos e inyectarlos en el óvulo. Pero llegan avances importantes. «Hemos desarrollado un método basado en la cromatina que puede incrementar la eficacia en un 40 o 50 por ciento en pacientes con unas posibilidades de éxito bajas. La idea es partir de unos anticuerpos que hay en la superficie del espermatozoide. Ponemos una muestra de esperma en torno a una barrera y unos se pegan a ella y otros no.
Al cotejar este resultado con la prueba de ADN se observa que los que se adhieren a esa barrera son lo que tenían su material genético dañado, y por tanto, los gametos a evitar», explica Rocío Núñez, directora del laboratorio de la clínica Tambre, que ha participado en el IV Simposio Internacional de Reproducción Asistida, organizado por la Fundación Tambre.Por su parte, Miriam Iglesias, directora del laboratorio de Reproducción Asistida del Hospital Quirón de Madrid, asegura que «más importante que la morfología o su movilidad son los genes, algo que no se ve bajo un microscopio. Con todo, han mejorado los sistemas para observar los espermatozoides. Hay una técnica denominada IMSI (Inyección Intracitoplasmática de Esperma Morfológicamente Seleccionado, por sus siglas en inglés) que permite ser más preciso a la hora de escoger el espermatozoide, pero siempre se guiará por su aspecto físico, lo que no tiene por qué ser determinante».


-Más calidad

Las investigaciones más recientes arrojan otros resultados sorprendentes, «hemos confirmado que los espermatozoides seleccionados tras la segunda eyaculación son de mejor calidad seminal que en la primera, ya que hemos comprobado que la cantidad de ADN dañado en la segunda recogida puede llegar a ser cuatro veces inferior a la del primer eyaculado», afirma sobre sus investigaciones presentadas en esta reunión científica Jaime Gosálvez, catedrático de Genética de la Universidad Autónoma de Madrid.


**Publicado en "La Razón"

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