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13 November 2010

La diabetes mellitus tipo 1 en la infancua

La diabetes infantil (Diabetes Mellitus Tipo 1) supone entre el 10 y el 15% del total de la diabetes y es la segunda enfermedad crónica más frecuente en la infancia. En España, unos 30.000 niños menores de 15 años tienen diabetes y cada año se producen unos 1.100 casos nuevos

La diabetes tipo 1 es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia. Se caracteriza por la falta de producción de insulina y, en consecuencia, por un aumento de la glucosa en sangre o glucemia, de forma que medirse la glucosa en sangre varias veces al día, auto inyectarse insulina de forma subcutánea y realizar una dieta adecuada, son algunos de los pilares importantes de su tratamiento.
En los últimos años, está disminuyendo la edad media de aparición de la enfermedad. Así, mientras que hace unos años era más numerosa en la pubertad, cada vez es más frecuente el debut de niños menores de 6 años.

--Problemas asociados a corto y largo plazo
La diabetes es una enfermedad en la que existe un déficit en la producción por parte del páncreas de la hormona que regula los niveles de glucosa, la insulina. Dicho déficit provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre, situación que puede producir problemas a corto plazo, fundamentalmente cetoacidosis. A este respecto, la cetoacidosis diabética es una complicación grave y conlleva un riesgo vital si no se trata de forma precoz. Sin embargo, aún hoy muchos pacientes son diagnosticados de diabetes en cetoacidosis.
Por otra parte, la cetoacidosis puede presentarse tras un período durante el que los síntomas pueden ser leves y en ocasiones pasar desapercibidos o hacerlo de manera brusca, como ocurre en los niños más pequeños.
Además de los problemas a corto plazo, como la cetoacidosis, si no se mantiene un buen control metabólico en el transcurso de los años, también pueden presentarte complicaciones a largo plazo. En este sentido, los autocuidados diarios que implica la diabetes son fundamentales para prevenir las graves complicaciones asociadas a la misma y que pueden comenzar a desarrollarse ya en la edad pediátrica, como ceguera, insuficiencia renal, amputaciones y enfermedades cardiovasculares, y que pueden evitarse siempre que exista un buen control de la diabetes.


--Autocontrol: fundamental
Independientemente del tipo de diabetes, existen dos grupos de objetivos del tratamiento de la diabetes:
Objetivos primarios: conseguir unos niveles de glucosa en sangre normales o normoglucemia, es decir, lo más parecidos posible a los de una persona no diabética.
Objetivos secundarios: niveles iguales o mejores que los de una persona no diabética de otros parámetros, como presión arterial, lípidos, peso, etc.

Si es fundamental para todas las personas con diabetes cumplir estos objetivos para poder evitar complicaciones crónicas graves asociadas a un mal control, lo es mucho más cuantos más años de vida se tienen por delante.
Por otra parte, para conseguir cumplir estos objetivos, las personas con diabetes deben realizar revisiones médicas en las que se controlan los distintos objetivos del tratamiento. No obstante, además, tratándose de una enfermedad crónica en la que el buen control de la misma depende de diversos factores, es necesario que las personas con diabetes lleven a cabo lo que se denomina autocontrol, algo que se realizará con mayor o menor eficiencia en función de la educación diabetológica que se vaya recibiendo.
Para realizar autocontrol, las personas con diabetes deben saber manejar y equilibrar el tratamiento farmacológico (insulina, en el caso de la diabetes tipo 1 en edad pediátrica), los aspectos relativos a la alimentación y la práctica del ejercicio físico regular. A este respecto, dependiendo de la edad del niño con diabetes, estos factores se irán manejando y controlando poco a poco, primero de mano de sus padres y, en la medida que se vaya recibiendo educación diabetológica conforme a la edad, por ellos mismos.


--El niño con diabetes en la escuela
Aunque durante la infancia los padres son los principales responsables del manejo de la enfermedad, los niños que acuden a la guardería o al colegio se separan de éstos y se enfrentan, pese a su corta edad, a situaciones que deben ser atendidas a diario con la ayuda de las personas que en esos momentos están a su cargo. Esas personas son en muchas ocasiones los profesores.
En este sentido, resultados de la Encuesta DAWN Youth "Webtalk survey", realizada en España por la Fundación para la Diabetes, pone de manifiesto que uno de cada cinco padres de niños o adolescentes (0-18 años) con diabetes en España afirma estar insatisfechos con el apoyo que reciben por parte de la escuela en el manejo de la enfermedad y uno de cada 8 cree que debería mejorar la información sobre el control de una situación de urgencias relacionada con la diabetes. Asimismo, el 81% piensa que el profesorado debería estar mejor informado, el 67% ve necesaria la disponibilidad de un profesional de enfermería durante las horas de colegio y el 54% la disponibilidad de una alimentación saludable, fundamental para un buen control de la diabetes.
En esta misma línea, otro estudio de la Fundación para la Diabetes ponía de manifiesto que hasta el 44% de los padres de niños con diabetes se ven obligados a modificar su actividad laboral para cuidar a sus hijos, un porcentaje que alcanza el 60% en el caso de los niños menores de 10 años. Asimismo, el 16% de los niños ha cambiado la pauta de insulina prescrita por su médico y en el 12% de las situaciones el niño tiene que cambiar de colegio cuando los padres informan de la enfermedad.

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