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24 November 2010

Formar a los profesionales sanitarios y la investigación, principales retos para la Fitoterapia en la actualidad


En la actualidad, es una realidad el uso de la medicina natural y la fitoterapia en la menopausia como una herramienta más para ofrecer a la mujer un tratamiento integral e individualizado que aporte bienestar y mejore su calidad de vida durante esta etapa de la vida. De hecho, la fitoterapia se ha convertido en una medicina cada vez más empleada y aceptada entre las mujeres. No obstante, son varios los retos a los que se enfrentan estos tratamientos en la actualidad. Según el doctor Estanislao Beltrán, coordinador del Grupo de Trabajo de Fitoterapia de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), "los retos de la fitoterapia en el momento presente son la necesidad de la difusión de su conocimiento entre los profesionales sanitarios y proseguir con la investigación de todas aquellas plantas con posible aplicación a la terapéutica, que son muchas más de las que de momento se hallan más o menos estudiadas".
Precisamente, la formación y la puesta al día en torno a este tipo de tratamientos son los objetivos principales del 3er Congreso Nacional de Fitoterapia que, bajo el lema Más allá de los fitoestrógenos, la AEEM celebra desde mañana en Granada. El encuentro cuenta con el Reconocimiento de Interés Médico Sanitario de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y está coordinado, además de por el doctor Beltrán, por la profesora Concepción Navarro, miembro de la Junta Directiva de la Asociación.
Este Congreso responde a la demanda formativa de los ginecólogos en relación a la Fitoterapia, motivada por el interés cada vez mayor de la mujer por estos preparados, así como por la existencia de numerosos productos que pueden ayudar a la mujer a mejorar su calidad de vida tras la menopausia. "En términos generales –afirma la profesora Navarro- se puede afirmar que la actitud de las mujeres españolas es positiva, en un porcentaje apreciable, en cuanto al empleo de preparados fitoterápicos". A este respecto, el doctor Beltrán explica que "como ocurre en otros países, las mujeres son más proclives al uso de preparados a base de plantas que los hombres, a lo que se suma el temor, a veces exagerado, a los efectos secundarios de los tratamientos hormonales".
En cuanto a la investigación, este experto afirma que "el gran handicap de la Fitoterapia ha sido no tener evidencias científicas hasta hace relativamente poco tiempo. Sin embargo, en los últimos años son numerosos los estudios (in vitro, in vivo y ensayos clínicos) que tratan de establecer las bases científicas de los medicamentos a base de plantas, su eficacia para el uso clínico, y, por supuesto, su seguridad. Si bien obviamente aun quedan muchos aspectos pendientes de investigación, es indudable el enorme avance que se está consiguiendo en los últimos tiempos".
Si bien los fitoestrógenos son los tratamientos fitoterápicos más utilizados en la actualidad en la mujer después de la menopausia, otros preparados están demostrando eficacia y seguridad en algunos de los trastornos frecuentes en esta etapa de la vida de la mujer. En este sentido, las isoflavonas poseen una estructura química tal que les permite actuar en los mismos lugares que algunas hormonas femeninas, supliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya disminución durante la menopausia es la causa de la aparición de sofocos y sudoraciones. "Además –explica el doctor Beltrán- ya contamos con datos que evidencian también la influencia positiva del uso de isoflavonas de soja o trébol rojo en ciertos factores de riesgo cardiovascular y en la protección de la salud ósea".
Por otra parte, para garantizar la seguridad, es fundamental que la paciente consulte siempre a su ginecólogo, médico, o farmacéutico antes de utilizar una planta como si de un medicamento se tratase. Nunca hay que olvidar que las plantas medicinales presentan actividades farmacológicas que son útiles para el tratamiento de distintas dolencias, pero su mala utilización puede ser motivo de interacciones y efectos adversos.


-Más allá de los fitoestrógenos
Si bien los síntomas vasomotores (sofocos, sudoraciones, etc.) han sido desde hace años el trastorno más "atendido" por la fitoterapia, asistimos, en la actualidad, al desarrollo de otras soluciones para otros trastornos asociados a la menopausia. Según la profesora Navarro, "para las afecciones osteomusculares, se dispone de numerosos preparados fitoterápicos elaborados con extractos procedentes de distintas plantas medicinales, como uña de gato, harpagofito, árnica, etc., que han demostrado su efecto positivo en el tratamiento de estas afecciones".
Asimismo, en lo que se refiere a la sequedad y atrofia vaginal, las isoflavonas, que se encuentran en la soja y el trébol rojo, pueden mejorar ambos aspectos.
"Cuando hablamos de función cognitiva y Fitoterapia- continúa la profesora Navarro- se dispone de distintos preparados entre los que destacan, por el amplio número de estudios, los elaborados con extractos normalizados de Ginkgo biloba. Hay que señalar igualmente los estudios, tanto realizados como en curso, de la actuación de las isoflavonas sobre la función cognitiva en la etapa menopáusica". Además, los productos obtenidos de las plantas entran en la composición de un importante número de preparados destinados al cuidado de la piel en cualquier etapa de la vida. A este respecto, según la profesora Navarro, "un gran número de los componentes de las plantas, como es el caso, entre otros, de los derivados polifenólicos (flavonoides, antocianos, taninos…), se caracterizan por mejorar la elasticidad de la piel y su actuación como antioxidantes".

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