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13 November 2010

ESPAÑA CONTINÚA SIENDO LÍDER MUNDIAL EN DONACIÓN Y TRASPLANTE HEPÁTICO POR NÚMERO DE HABITANTES

A pesar de que España es líder mundial en donación de órganos, lo cierto es que en los últimos cinco años, coincidiendo con la puesta en marcha de la Ley de Circulación Vial, el número de víctimas de accidente de tráfico ha disminuido y con ello el número de donantes cadáver. Esta situación, unida al hecho de que el trasplante hepático gana nuevas indicaciones, obliga a buscar nuevas vías para atender la demanda actual. "El donante vivo podría ser un recurso para paliar la escasez de órganos, lo que le confiere el rango de necesidad ética de primer orden", señala el doctor Pablo Ramírez, catedrático de Cirugía del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca y miembro de la Sección de Trasplantes de la Asociación Española de Cirujanos, cuyo XXVIII Congreso Nacional celebrado en Madrid.
En la actualidad, la edad media del donante cadáver de hígado por accidente cerebro-vascular en nuestro país supera los 65-70 años de edad. "La mayor parte de estos órganos son funcionalmente adecuados, trasplantándose en ocasiones el hígado de personas fallecidas mayores de 80 años", explica este experto. Por el contario, el perfil del donante vivo necesario para asegurar el éxito de intervención es el de una persona sana menor de 50 años.

-Trasplante hepático
Cada año, más de 1.100 personas reciben un nuevo hígado, el segundo órgano trasplantado en nuestro país después del riñón, con algo más de 2.000 intervenciones. El alcohol y las enfermedades víricas, con un enorme protagonismo en la última década, son las principales causas de cirrosis hepáticas que acaban precisando un trasplante hepático en España. Una vez efectuada la intervención el hígado trasplantado asume perfectamente las tareas del de uno sano, ofreciendo muchos años de supervivencia (por lo general, más de veinte). No obstante, como señala este experto, "el trasplante no siempre cura la enfermedad del paciente, ya que en ocasiones ésta vuelve a afectar al hígado después del trasplante, como en la recidiva de la hepatopatía crónica por virus C".
Entre las complicaciones del trasplante, además del mayor riesgo de infecciones debido a la inmunosupresión, el doctor Ramírez señala el rechazo del hígado trasplantado. Sin embargo, en los últimos años, los avances en el tratamiento de la inmunosupresión han logrado disminuir significativamente la tasa de rechazo agudo tras el trasplante. "La introducción en clínica de los anticalcineurínicos fue clave hasta el punto que, en la actualidad, se controla prácticamente la totalidad de los casos sin que se pierdan injertos por este motivo", puntualiza este experto.
Una vez fuera del hospital, el grado de reincorporación a la vida familiar, social y profesional dependerá sobre todo de la edad y situación previa del paciente al trasplante. Por lo general, las personas de mediana edad recuperan la normalidad en sus vidas a todos los niveles. "No ocurre así en las personas mayores de 65-70 años y en los profesionales, que por su trabajo, requieran de un gran esfuerzo físico, que sólo alcanzan normalidad en las esferas familiar y social", puntualiza.

-Retos futuros
Veinticinco años después del primer trasplante hepático en España, esta cirugía en nuestro país ronda una tasa de mortalidad durante el primer mes inferior al 10% mientras que la supervivencia al año se sitúa por encima del 80%, "algo impensable en la década de los setenta, cuando el reto fundamental de los cirujanos era que el paciente no falleciera en el quirófano o en los primeros días tras la intervención por complicaciones técnicas y poder alcanzar algunos meses de supervivencia", explica el doctor Pablo Ramírez.
Pese a que España encumbra la lista de donaciones y trasplantes con éxito, las líneas actuales de investigación van encaminadas a solucionar dos de los retos más importantes que todavía limitan el trasplante hepático: la escasez de órganos, donde empieza a despuntar como la solución más idónea el donante vivo, y los efectos secundarios de la inmunosupresión. "Para poder atender mejor la demanda en un futuro, en la actualidad se investiga además en diferentes líneas experimentales como son el xenotrasplante -que consiste en el trasplante del hígado procedente de un cerdo transgénico-, los hígados bioartificiales o el trasplante celular", señala el doctor Ramírez. En cuanto a los efectos secundarios de la inmunosupresión, continúa explicando este experto, "los estudios actuales se centran en la búsqueda de marcadores biológicos que puedan predecir el grupo de pacientes que va a tolerar la retirada completa de la inmunosupresión, habiéndose descrito algunos resultados esperanzadores". En la actualidad, sabemos que hasta al 20% de los pacientes trasplantados de hígado se les podría retirar por completo la medicación sin rechazar el injerto hepático.

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