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03 November 2010

El número de accidentes de moto cae en carretera pero es aún alarmantemente alto en ciudad


Más de la mitad de las víctimas en accidentes de tráfico el año pasado en Barcelona viajaba en una motocicleta. De las 40 personas que fallecieron circulando en sus calles, 22 perdieron la vida sobre una moto, tan sólo una menos que en el 2008. Por el contrario, los conductores de coche fallecidos en Barcelona fueron sólo dos en 2009, el año con menos accidentes de la historia de la ciudad. Unos datos escalofriantes que reflejan un grave problema aún sin resolver y desmontan la falsa creencia de que existe mayor peligro de sufrir un accidente cuando se sale de la ciudad y se circula por carretera. El número de accidentes con motos implicadas también creció un 2,5% en Barcelona respecto al año anterior.
"El único colectivo en el que no se han reducido significativamente los accidentes con víctimas es el de los motoristas urbanos", advierte Joan Campsolinas, motorista con más de 35 años de experiencia y coautor del libro Seguro en moto, surgido precisamente para abordar la elevada siniestralidad. Los accidentes de motos con víctimas en el área metropolitana se han estancado, con cifras que siguen siendo alarmantemente altas, mientras que se ha reducido la cifra total de accidentes de tráfico en Barcelona y han caído en picado los accidentes con víctimas motoristas en toda la red catalana de carreteras. Si en la recta final del año se mantiene la tendencia de accidentes del primer semestre, el 2010 se podría cerrar con la mitad de motoristas fallecidos que en el 2007 en carretera, cuando la siniestralidad sobre dos ruedas se disparó hasta alcanzar los 68 muertos, según datos del Servei Català del Trànsit (SCT). El año pasado fallecieron 40 motoristas en las carreteras catalanas, y este 2010, hasta el 31 de octubre, habían muerto 25, una cifra aún alta pero que muestra una tendencia a la baja. El SCT confía en cerrar el año por debajo de los 30 motoristas fallecidos en carretera, prácticamente la mitad en sólo tres años. Pero la situación en ciudades como Barcelona y en su área metropolitana mantiene en alerta a los responsables de tráfico y enerva al colectivo de motoristas, que reclama soluciones. "La siniestralidad se ha estabilizado en la zona metropolitana, pero ha bajado el número de accidentes con víctimas", explica Josep Pérez Moya, director del Servei Català del Trànsit (SCT). En Barcelona, el Ayuntamiento está implantando medidas de seguridad específicas para motos, con las denominadas zonas avanzadas para motos (ZAM) en diferentes cruces de la ciudad con semáforo. El objetivo es evitar los adelantamientos peligrosos de las motos a los coches justo cuando el semáforo se pone en verde. Hace tres años, tras dispararse de forma alarmante la siniestralidad, los Mossos d'Esquadra pusieron en marcha una campaña de sensibilización dirigida exclusivamente a los motoristas en carretera, promovida por el SCT.

Los agentes de tráfico de la policía catalana intensificaron la información dirigida específicamente a los motoristas, advirtiéndoles en los controles de la peligrosidad específica de circular en moto, con los datos en la mano del estudio que se realizó para conocer el perfil del motorista fallecido en carretera. "Observamos que el 50% de los motoristas muertos se accidentaban solos, sin ningún otro vehículo implicado", destaca Pérez Moya. La mayoría eran conductores que perdían el control de su motocicleta, algo que el colectivo de motoristas asegura que no se ajusta a la realidad ya que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta el conductor a la fuga por la dificultad que entraña demostrarlo. "Insistimos mucho en la importancia de tener muy claras las habilidades en función de la potencia de la moto", razona Pérez Moya. La relación entre la potencia, el peso y la frenada es una de las claves en muchos de los accidentes que sufre el motorista cuando circula en solitario por carretera. El perfil del motorista accidentado es el de un hombre de 35 años, con 12 años de experiencia pero al volante de un vehículo nuevo, matriculado dos años atrás. Elementos que favorecen tener cierta confianza manejando una moto de gran cilindrada de la que es fácil perder el control si no se tiene la pericia, conocimiento y precaución necesaria.

El nivel más alto de siniestralidad, en el 2007, coincidió con el boom que vivió el sector de la motocicleta, con los niveles de ventas más altos en todo el país de los últimos años. Por el contrario, en la actualidad, en plena crisis económica, se ha reducido el número de motos matriculadas, especialmente en los vehículos de gran cilindrada, así como los desplazamientos en la red interurbana. Según los datos de matriculación, comparando los meses de abril del 2008 y del 2009 se produjo un descenso del 53%. En las ciudades, por el contrario, la crisis, los atascos y las dificultades por aparcar han ayudado a popularizar la motocicleta como alternativa al coche. La imparable saturación de la red viaria metropolitana también ha sacado más motos a la carretera para acceder, moverse y aparcar en grandes ciudades como Barcelona.

La circunstancia de que muchos conductores se pasen a la moto por comodidad, sin experiencia previa, ha influido negativamente en la pericia de los motoristas, según los hermanos Campsolinas. "Falta formación y conocimientos, la moto se ha banalizado en los últimos años, se está perdiendo el motorista vocacional", añaden. La convalidación que se puso en marcha del carnet B1, necesario para conducir un coche, también para el manejo de motos de pequeña cilindrada ha tenido según los especialistas consecuencias funestas. En Barcelona siguen aumentando los accidentes con motoristas que tienen el permiso de conducir de la clase B y sólo tres años de antigüedad; en el 2009 creció un 10%, según datos del Ayuntamiento. Precisamente, la vulnerabilidad del motorista, tan sólo comparable a la de los peatones o los ciclistas, y las características propias de los desplazamientos sobre dos ruedas y de los conductores de motocicleta animaron a estos dos hermanos barceloneses, Joan y Carles Campsolinas, experimentados conductores, a publicar Seguro en moto. Se trata de un manual de seguridad pionero pensado especialmente para los motoristas urbanos.

El libro apuesta especialmente por la formación de los conductores para reducir la siniestralidad combatiendo "la causa que provoca la mayoría de los accidentes de tráfico: los errores humanos. Ni la velocidad ni la alcoholemia son los factores determinantes de la siniestralidad de la moto", sostienen los Campsolinas. "En la moto encontramos menor presencia del alcohol, pero la velocidad incide igual", destaca Pérez Moya. La anticipación y una actitud preventiva ante posibles accidentes provocados por maniobras incorrectas de los conductores de automóvil en las ciudades son dos de los elementos clave del manual. "Falta formación de los motoristas y sobra mala educación de los conductores de coche", coinciden Joan y Carles Campsolinas. Seguro en moto, publicado en el 2009, no ha recibido apoyo alguno. Los Campsolinas han pagado de su bolsillo el manual: casi 10.000 euros.


**Publicado en "La Vanguardia"

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