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21 October 2010

UNA GUÍA PROPONE MEJORAS PARA AGILIZAR EL DIAGNÓSTICO INTRAOPERATORIO DEL GANGLIO CENTINELA DEL CÁNCER DE MAMA


La tecnología ha permitido grandes avances en el tratamiento médico y en la calidad de vida de los pacientes. Pero la introducción de nuevos procesos desafía, en ocasiones, la organización asistencial y exige adaptaciones para que la técnica ofrezca todo su rendimiento. Este es el caso del estudio intraoperatorio del ganglio centinela, un proceso utilizado para descartar el riesgo de metástasis en pacientes operadas de cáncer de mama cuya introducción evita vaciamientos axilares innecesarios con un gran impacto en la mejora de la calidad de vida de las afectadas. Se trata de un procedimiento complejo que se compone de, al menos, ocho actividades encadenadas en las que están implicadas no menos de seis personas, en tres o cuatro ubicaciones diferentes dentro del hospital.
Un grupo multidisciplinar de profesionales, integrado por cirujanos, expertos en anatomía patológica, radiólogos y expertos en medicina nuclear, acaba de editar una guía para mejorar el tiempo de respuesta de este trabajo en equipo. La Guía OSNA para el Análisis Intraoperatorio del Ganglio Centinela ha recibido el apoyo de los expertos de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (SESPM), que estos días se reúne en Valencia con motivo del XVI Congreso de la Sociedad Internacional de Senología (SIS) y el XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (SESPM).
El documento presentado en la citada reunión científica avala el estudio intraoperatorio del ganglio centinela con la técnica OSNA (One Step Nucleid Acid Amplification, por sus siglas en inglés), un método pionero para el diagnóstico molecular en cáncer de mama, que paulatinamente se ha ido incorporando en los servicios de anatomía patológica hospitalarios españoles por sus ventajas: permite obtener un diagnóstico definitivo en poco más de 30 minutos.
"OSNA es una herramienta útil, pero para alcanzar su grado óptimo de rendimiento hacía falta revisar todo el circuito de trabajo que exige el análisis del ganglio centinela. El objetivo era ganar tiempo por dos motivos: porque el estudio es intraoperatorio y no queremos tener más tiempo del necesario a una paciente dormida en el quirófano y porque la sensibilidad de la técnica es máxima si la muestra se procesa y analiza en media hora", explica la doctora Laia Bernet, jefe del servicio de Anatomía Patológica del Hospital Lluís Alcanyis de Xátiva y una de las expertas que ha participado en la redacción de la mencionada guía.


-Ocho fases
Para conseguir el objetivo de un diagnóstico certero en el menor tiempo posible, los participantes han estudiado minuciosamente las ocho fases que componen el proceso de análisis del ganglio centinela (extracción del ganglio, transporte al laboratorio de anatomía patológica, identificación y registro de la muestra, la recepción y preparación, el estudio analítico y la validación y comunicación del resultado) con el propósito de identificar posibles fuentes de retraso en el circuito y acciones de mejora. El resultado es un documento que de manera simple y gráfica propone un modelo para la realización de cada fase de este procedimiento cuya duración puede oscilar entre los 30 y 40 minutos. "Lo óptimo es agilizarlo al máximo y cada minuto de menos cuenta. El mejor diagnóstico no sólo es el que refleja más fielmente la presencia de enfermedad, sino el hecho en el momento en el que la información va a ser útil para que el profesional tome decisiones y, por tanto, para la paciente", señala la doctora Bernet.
Esta experta compara el análisis del ganglio centinela con un "carrera contrarreloj" en la que toman el relevo diferentes miembros y servicios de los equipos hospitalarios. La meta es no acumular retrasos en esta carrera, que se inicia ya en el quirófano. "Todos los que participamos debemos estar sensibilizados y alerta de la importancia de no perder tiempo", subraya. Así cita como ejemplos, la importancia de que el equipo quirúrgico avise expresamente al de anatomía patológica de la entrada de la paciente en la sala de operaciones. "Los partes habituales de la actividad quirúrgica no nos sirven, ya que no dan información de la hora precisa de la intervención, ya que cada día se producen miles de incidencias que ocasionan cambios", dice.


Una llamada previa permite a los patólogos activar la preparación del laboratorio para recibir la muestra, de manera que 15 minutos después, cuando el cirujano ya ha extraído el ganglio centinela, todo esta listo para etiquetar y procesar el tejido. Otra fuente de demora habitual es la del transporte desde el quirófano al laboratorio. "Es un punto crítico", reconoce la doctora María Cebollero, especialista en anatomía patológica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. "Lo ideal sería que el laboratorio estuviera al lado de la sala quirúrgica o se utilizara un tubo neumático pero no ocurre en todos los centros, así que lo adecuado es que la auxiliar que lleva a cabo el transporte esté muy entrenada e implicada acerca de la importancia del tiempo", dice. "Si es siempre la misma persona, éste es más rápido", apostilla la doctora Bernet.
Contar con un técnico preparado en el laboratorio, por si es necesario analizar más de un ganglio; permanecer alerta en el laboratorio a la espera del resultado y comunicar éste sin retraso por teléfono al quirófano, son otras de las recomendaciones que señalan los expertos que acumulan más de un año y medio de experiencia con el uso de la última tecnología para el análisis del ganglio centinela. "El propósito de la Guía es conseguir la excelencia. La aplicación del ganglio centinela ha cambiado mucho la vida de las pacientes de cáncer de mama y tenemos que ser muy rigurosos y escrupulosos para sacar el máximo rendimiento de esta técnica", concluye la doctora Bernet.

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