Traductor

18 October 2010

PRÁCTICAMENTE TODAS LAS AFECCIONES RENALES ESTÁN ACOMPAÑADAS DE UNA PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR

La Enfermedad Renal Crónica (ERC), leve y moderada, es un importante factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular, y viceversa. La relación entre corazón y riñón es compleja y bidireccional y está caracterizada por una progresión del daño en ambos órganos y un mal pronóstico.
Por ello, el Dr. Carlos Macaya, Jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, asegura que es "indispensable un manejo integral del paciente. La relación fisiopatológica entre ambos órganos es algo que desde hace años han identificado las dos especialidades, lo cual ha derivado en la colaboración a niveles institucionales y societarios; entre otras formas, con la celebración de eventos comunes que aborden el tema desde una perspectiva multidisciplinar".
La hipertensión es un caso paradigmático por ser la enfermedad cardiovascular más prevalente. El Dr. Macaya señala que, "entre 4 y 5 millones de personas en España sufren hipertensión arterial, y por encima de los 40 años, tanto en hombres como en mujeres, el porcentaje de hipertensos supera el 20%. Todos ellos tienen que ser tratados y seguidos por sus médicos, atendiendo también a factores renales que aparecen de manera conjunta a esta patología". La relación entre estas patologías se establece también en el sentido inverso: "es especialmente significativo el caso de los pacientes con diálisis, que siempre sufren una problema cardiovascular".

-La conexión cardio-renal
El término "cardio-renal" describe la conexión hemodinámica y neurohormonal que existe entre el corazón y riñón, en cuanto a las funciones sincrónicas que ambos órganos realizan para mantener la presión arterial. De esta manera, si una enfermedad daña al corazón o al riñón, se induce una activación inapropiada de una serie de sustancias a nivel sistémico y local, que determina la progresión de la enfermedad y la inducción de daño en el otro órgano, determinando una morbimortalidad extraordinariamente elevada.


La insuficiencia cardiaca sintomática es una entidad clínica que afecta al 2% de los individuos mayores de 45 años, y hasta el 10% de los mayores de 65 años. La incidencia se calcula en torno a 10 casos por 1.000 habitantes, en pacientes por encima de los 65 años y el riesgo de desarrollar ICC a lo largo de la vida es del 20%.
El deterioro de la función renal en el contexto de episodio de descompensación cardiaca se produce prioritariamente en pacientes añosos, con antecedentes de fallo cardiaco, disfunción renal, diabetes e hipertensión arterial.
En este sentido, el Dr. Macaya señala que, "exceptuando aquellas enfermedades renales menos severas o más triviales, como pueda ser un cólico nefrítico, las enfermedades renales tiene una estrecha relación con las afecciones cardiovasculares, y las nefropatías o insuficiencias renales crónicas acaban, en un altísimo porcentaje, en una afectación vascular general de mayor o menor gravedad. De la misma manera ocurre en el sentido inverso, de tal manera que cualquier enfermedad que derive en una insuficiencia cardíaca conllevará un proceso renal paralelo y decisivo en el trascurso de la primera".

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud