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25 October 2010

El insomnio en la menopausia

Los síntomas de la menopausia pueden manifestarse de muchas formas incluyendo la dificultad para dormir o despertarse durante la noche. Los síntomas como los calores, ansiedades y los desniveles hormonales no ayudan a conciliar un buen sueño.
La dificultad para dormir, despertarse durante la noche, calores, ansiedad e irritabilidad… Muchas personas tienen miedo de que llegue la hora de meterse en la cama y cerrar los ojos cuando estos síntomas aparecen durante la noche. Y es que, las alteraciones hormonales son un gran enemigo a la hora de conciliar el sueño.
Aunque el desarrollo de la cosmética vaya a velocidad de vértigo y nos haga vernos por fuera mucho más jóvenes, el reloj biológico no perdona. Es así como llega la menopausia, y con ella la alteración del sueño, uno de los síntomas más frecuentes. El sueño cada vez se vuelve más ligero hasta llegar al insomnio, lo que provoca un menor rendimiento en las actividades diurnas y un humor aún mucho peor durante esta etapa de sus vidas.
Son los síntomas vasomotores, como los sofocos, los que en la mayoría de las ocasiones no nos dejan descansar bien y provocan el insomnio, aunque muchas mujeres no perciben su aparición o pueden controlarlas mejor.
Los sofocos son sensaciones transitorias de disipación de calor a través de la piel, seguidas de sudoración, palpitaciones, mareos, dolores de cabeza y alteraciones del sueño. Estos acaloramientos constituyen una causa común de insomnio en las mujeres en la menopausia, aunque muchas no perciben su aparición o pueden controlarlas mejor.
Es básicamente por la disminución en los niveles de estrógenos (hormonas femeninas) lo que produce estos efectos en la respuesta del estado de ánimo. Y aunque aproximadamente el 50% a 70% de las mujeres presentan estos síntomas durante la transición menopáusica, deben tenerse en cuenta y no resignarse a ellos, ya que son los responsables de una incomodidad personal, profesional, familiar y social, produciendo en ocasiones una importante pérdida en la calidad de vida de la mujer.
Son ya 1,7 millones (IMS Agosto 2010) de mujeres con sintomatología climatérica las que utilizan fitoestrógenos por su eficacia y la reducción de efectos secundarios, siendo la fitoterapia combinada –el trébol rojo y la soja- la que ha demostrado ser un tratamiento, alternativo y eficaz, para el alivio de sofocos asociados a la menopausia. Ya que estos son la causa principal del insomnio, una mejora de éstos conllevará una mejora en las alteraciones del sueño.
Mientras las isoflavonas de soja son de rápida actuación, las de trébol rojo tienen un efecto retardado. Con la administración conjunta, se consigue prolongar e intensificar los beneficios de ambas, mejorando la acción beneficiosa para el organismo y convirtiéndose –por su favorable perfil de seguridad- en una excelente alternativa de terapia hormonal sustitutiva, cuando los síntomas son leves y/o moderados.
Actualmente existen en el mercado soluciones eficaces con esta composición que puedes encontrar en tu farmacia más próxima, pregunta a tu médico y/o farmacéutico por tratamientos con Soja y Trébol Rojo (Fitogyn) y ataja los síntomas derivados de la menopausia.
En cualquier caso, tratar este síntoma del climaterio mejorará la calidad del sueño y minimizará las consecuencias que acarrea el insomnio crónico. Y si estamos despiertas por la noche, que sea porque nosotras queramos.

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