Traductor

20 October 2010

ABC entrevista a Joan Hunt, fundadora y presidenta de la Asociación para cuidados del cáncer( CUDECA)



Entrevista a Joan Hunt, fundadora y presidenta de la Asociación para cuidados del cáncer( CUDECA)

Ahora nos jubilan sin haber cumplido 50, y usted con 62 emprendió el gran proyecto de su vida.
-Porque muchas personas no entienden que una cosa es el envejecimiento del cuerpo y otro el de la mente. Nunca pienso en mi edad, y creo que los que se concentran mucho en este asunto envejecen. Yo solo vi que había una necesidad, que era un reto, me sentí capaz de hacerlo, y me puse al frente.
-Un desafío que además le llega cuando ya tocaba el sueño de un retiro dorado en la Costa del Sol.
-Mi marido, Fred, fue diagnosticado de un tumor cerebral, que acabó con la idea de una jubilación relajada en España. Cambiamos nuestra casa por el hospital donde vivimos el proceso de la enfermedad hasta que Fred murió en abril de 1991. Me quedé sola y pensé qué haría con mi vida. La experiencia de Fred me afectó mucho. Vi que había una gran necesidad de recibir mejores cuidados de los que él tuvo. Entonces, sentí que yo podía hacer algo al respecto.
-¿Qué es cuidar?
-Aliviar de manera global y, sobre todo, apaciguar el miedo de los que se enfrentan al cáncer. Se sienten solos porque nadie vive por ti la enfermedad, y hay que encontrar la manera de compartir, de buscar el confort y paliar los síntomas hasta el final.
-¿Cómo es la vida cuando se vive tan pegado a la muerte?
-Comprendes lo que vale y lo insegura que es: crees que la tienes toda por delante, estás llena de planes, y en un momento todo se derrumba. Por eso hay que disfrutarla y vivirla cada día como se presente.
-Vivir es su ley: superó una enfermedad ósea que la impidió ir al colegio, no tuvo acceso a la formación superior, pero dirigió a 14.000 trabajadores y presidió una multinacional. ¿No conoce límites?
-Tengo muy claro que cuando quiero algo voy a por ello con todo mi ser. Dar al máximo solo depende de la voluntad, que siempre es un camino por hacer. Cuando pones todo el corazón en algo, aunque halles dificultades, a veces tú mismo te sorprendes con los resultados. Lo importante es trabajar porque las cosas no pasan por sí solas.
-Más que nunca es ejemplo. ¿Un consejo?
-No soy quién para darlo... Yo solo sé cómo me siento, y siento la vida desde mis valores y creencias. Trato de identificar claramente adónde quiero ir y trazo mi camino. Alguna vez di rodeos o pasé por lugares inesperados, pero me adapté, fui constante y mantuve mi objetivo. Y supe rodearme de los mejores: Cudeca no hubiera sido posible sin un magnífico equipo. Su dedicación ha hecho posible este sueño.
-¿Y usted qué aprende de los enfermos?
-Me sobrecoge la fortaleza con que se enfrentan al final de la vida. Aprendo a ser tolerante y a comprenderles en su contexto, porque cada uno es un mundo, y es un ejercicio de humildad ver cómo intentan enfrentarse a su enfermedad. Y los admiro, porque en esa situación aún quieren agradecernos los cuidados, cuando lo importante son ellos y no lo que la asociación pueda merecer. Me llena de orgullo que esos sentimientos afloren en este escenario tan difícil.
-No la imagino sin retos. ¿Qué trama ahora?
-Tengo varios. El primero, asegurar la viabilidd económica de Cudeca, porque hasta hace cinco años no hemos recibido nada de instituciones públicas o privadas, y hemos sobrevivido gracias a los voluntarios, hoy más de 600, y al apoyo de la gente de la calle que vive en la Costa del Sol, especialmente de los extranjeros que colaboran porque sienten que así devuelven a esta comunidad, donde han encontrado un sitio para disfrutar de su jubilación, todo lo que reciben. Luego, avanzar en la formación e investigar. Y quiero, como este centro para adultos, otro para niños en esta situación y para sus familias, que sufren tantísimo. Es un área a la que se le tiene mucho miedo porque hay mucho desgaste y muchas emociones compartidas, pero hay una gran necesidad y la voy a afrontar.
-Sé que lo conseguirá. Porque bajo ese aspecto de abuelita afable hay una pequeña dama de hierro. ¿Sigue diciendo palabrotas?
-De ese «mundo de hombres» de la empresa y la multinacional adquirí expresiones «duras», digámoslo así, que suelto cuando siento frustración. Y le aseguro que no dudo en usarlas cuando debo.
-Con 81 años, Joan, dígame, ¿a usted quién la cuida?
-La maravillosa gente de Cudeca. Cada día, cuando atravieso el umbral de la puerta, siento su cariño.


--Una pequeña dama de hierro
Hunt (Liverpool, 1929), descendiente de una humilde y devota familia de católicos irlandeses afincada en Londres, ha hecho de los mejores cuidados a los moribundos la razón de su vida. Hace 19 años, recién jubilada como máxima responsable de ocho fábricas británicas, aplicó sus cualidades de trabajadora infatigable y gran organizadora en crear, en Arroyo de la Miel (Málaga), la Asociación para los Cuidados del Cáncer (cudeca.org) con que paliar el azote de la enfermedad. Reconocida con la medalla de honor de la Orden del Imperio Británico, Mujer Europea 1997 y la Cruz de Malta, más de 600 pacientes y sus familias dan fe cada año de su hazaña.


**Publicado en "ABC"

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud