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30 September 2010

El ajuste de precios en las Residencias pone en peligro la calidad de los servicios

La crisis no pasa de largo en el sector de las residencias. La situación económica ha disparado las alarmas, algunas familias se ven obligadas a sacar a sus mayores de los centros y las consecuencias se podrían hacen notar: existe el riesgo de que se disminuya la atención profesional hacia las personas dependientes y aumente el estrés del cuidador.
La desocupación del sector amenaza con provocar una guerra de precios "peligrosa" para el usuario, ya que de forma inevitable "los centros podrían acabar reduciendo los servicios prestados y con ellos la calidad de la atención que recibe el usuario", apunta Gabirel de Azaola, gerente de Grupo Euskoges.
Las residencias de mayores son costosas y muchos centros optan por bajar los precios, entrando en una dinámica de competencia. En esta situación se recorta también en recursos humanos (atención directa), servicios, calidad… "Se pueden ver afectados los trabajos de terapia ocupacional, desaparecer las excursiones, ahorrar en lavandería incluso reducir horas de enfermería", opina Azaola.
A modo general, "llegar a una guerra de precios no conviene a nadie, ni a las empresas por la caída de la rentabilidad o incluso pérdidas, ni a los propios clientes, ya que se deteriora el producto o servicio recibido", apunta. Por eso, también es importante aprovechar esta situación y "saber diferenciarse". En este sentido, desde Euskoges se cree que la vía a seguir debe pasar por reforzar la calidad que aborda al usuario desde un prisma interdisciplinar; seguridad y sostenibilidad de recursos mediante la inversión en energías renovables y control de gastos y, como base fundamental, la apuesta por las personas de organización mediante un desarrollo profesional.

--Afectará a la salud de los mayores
Este experto alerta de esta situación y señala que esos recortes de precios y servicios serían negativos para los mayores. "Esta posible falta de servicios asistenciales por parte de los profesionales de residencia pueden derivar en consecuencias para la salud de la persona dependiente. Se agudizarían los problemas derivados de la pérdida de control en la administración de la medicación, aumentarían las situaciones de inmovilidad, lo que podría derivar en úlceras o infecciones de orina y un mayor aislamiento de la persona, lo que supone un agravamiento del deterioro cognitivo por la falta de estímulos".
Tal y como señala Azaola, algunas familias se plantean sacar a sus mayores de una residencia o bien retrasan su ingreso en una, "pero antes deben estudiar bien las necesidades de esa persona dependiente y estar informados de las opciones que tienen a su alcance". Existen ayudas por parte de la Diputación Foral de Bizkaia, se puede acceder a una plaza pública en una residencia o solicitar las nuevas ayudas vinculadas a la prestación del servicio residencial. "El objetivo final es mejorar la calidad de los mayores y que las personas dependientes disfruten de una asistencia integral profesional y de calidad".

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