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28 September 2010

Aaron Ciechanover en ABC: "Curaremos enfermedades pero no viviremos más..."



Aaron Ciechanover (Haifa, 1947) ha dedicado parte de su vida a la investigación de las ubiquitinas, una proteína que se encarga de atacar a las proteínas degradadas para exterminarlas. Las ubiquitinas son una especie de verdugos o justicieras cuyo estudio ha conducido al tratamiento de enfermedades como el cáncer y a la aparición de nuevos medicamentos. Ciechanover contesta a las preguntas en una sala del Ayuntamiento de San Sebastián.
—A los once años ya observaba células con un microscopio. ¿Qué veía?
— Miraba cebollas y sangre, me cortaba el dedo y ponía un poco de sangre en un cristal.
—¿Qué buscaba?
—Era curiosidad, saber qué había, cómo eran los organismos pequeños. Quería entender los detalles pequeños. Todavía tengo el microscopio.
—¿Esta curiosidad le ha llevado a las ubiquitinas?
—Esta curiosidad me llevó a la ciencias y la ciencia me condujo hasta las ubiquitinas.
—La definición de las ubiquitinas parece parte de una novela de terror. Son proteínas que guían a otras hacia un lugar donde van a ser destruidas. A este proceso lo ha llamado usted el «beso de la muerte».
—Cuando una ubiquitina toca a otra proteína la mata.
—¿Y cómo sabe a cuál debe tocar?
—De la misma manera que usted sabe quién es bueno y quién es malo. Las proteínas malas tienen sus propias características y se distinguen de las buenas. Las ubiquitinas sólo muerden a las malas, se guían gracias a propiedades químicas y cambios químicos que tienen las proteínas malas, por ejemplo la oxidación. Saben reconocer ese tipo de proteínas y atacarlas.
—Nuestra existencia lleva dentro muchísimas muertes.
— Sí. La muerte es parte de la vida. Vivimos de las proteínas y tenemos que echar a las muertas porque es una batalla. Consiste en sobrevivir. Si vivimos de ellas, a las malas hay que echarlas.
— Y el funcionamiento de las ubiquitinas es el que nos lleva a nuevas formas de tratamiento de enfermedades como el cáncer.
—En el cáncer hay procesos que se estropean y aparecen proteínas que no deberían estar en ese lugar. Las ubiquitinas deberían coger esas proteínas y echarlas, pero cuando el sistema está estropeado no pueden.
—En la conferenci a que ha impartido usted se pregunta si vamos a poder curar todas las enfermedades. ¿Cuál es la respuesta?
—Curaremos algunas pero vendrán otras nuevas.
—Entonces no viviremos más años.
—Probablemente no.
—¿Nuevas medicinas es sinónimo de nuevas enfermedades?
—No, porque cuando desarrollamos nuevas medicinas las mejoramos. Tenemos mejores medicinas para las mismas enfermedades.
—Usted afirma que las medicinas serán personalizadas.
—La medicina personalizada consiste en que hasta ahora se han tratado los tumores de una manera a todos por igual, pero los tumores se diferencian porque no son todos iguales. Va a haber un tratamiento para cada tipo específico de tumor aunque sean todos de cáncer de mama. La medicina personalizada consiste también en que cada persona responde de una manera distinta a los medicamentos. Tú puedes necesitar cincuenta gramos de uno y yo cuarenta, se trata de no administrar todo a lo bruto, sino diferenciarlo y especializarse.
—¿Esta medicina del futuro alcanzará a los más pobres?
—Depende de los gobiernos y de las farmacéuticas, no de los científicos. Yo se la daría a todo el mundo, pero no soy el que decide estas cosas.
—¿Qué deberían hacer gobiernos y farmacéuticas?
—Las compañías privadas no quieren perder dinero, no son organizaciones de caridad ni iglesias. Las medicinas serían más baratas si los gobiernos se dedicaran a fabricarlas.
—¿Qué papel ha desempeñado la casualidad en su trabajo?
—Hay que estar a la altura de la suerte pero es necesario trabajar para llegar hasta ella.


**Publicado en "ABC"

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