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30 May 2010

Los objetos metálicos se convierten en peligrosos proyectiles dentro de una Resonancia magnética


Tras más de 25 años de uso clínico de la Resonancia Magnética (RM), "no se conocen efectos adversos derivados de las formas de energía que emplea (magnetismo y radiofrecuencia)", asegura Ana Capelastegui, médico radióloga de Osatek. Se trata de un espacio de tiempo más que suficiente para espantar los recelos existentes en la sociedad sobre los tipos de energía empleados en esta forma de exploración.
A pesar de las más de dos décadas de uso clínico, Ana Capelastegui expresa que "los riesgos específicos de Resonancia Magnética siguen siendo desconocidos, no solo para el público en general, sino incluso para muchos profesionales sanitarios que trabajan con esta técnica de imagen". En el marco del XXX Congreso de Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), la especialista revisa los problemas más comunes y las medidas preventivas posibles.


-Efecto misil. Al estar bajo el efecto de un campo magnético de gran intensidad, los materiales ferromagnéticos sufren el efecto misil -también llamado efecto proyectil- y se convierten en verdaderos proyectiles, al ser atraídos hacia el centro del imán. Pueden causar daños en el equipamiento o en el personal que se interponen en su trayectoria hacia el imán. Se trata de una situación que potencialmente plantea un alto riesgo para las personas presentes.


-Medidas preventivas
-Colocación de carteles que alerten con claridad del riesgo: "El campo magnético siempre está activado". Es frecuente que el personal externo a la RM (médicos o personal sanitario de otros servicios, personal de limpieza o mantenimiento) considere que el imán no está activado cuando el equipo no adquiere imágenes con un paciente dentro.
-Equipamiento con el material compatible con RM: extintor (debe ser de CO2 y aluminio), camilla, silla de ruedas. Este material debe marcarse como "Compatible con RM". En el caso del material portable situado en la vecindad de la sala de RM y que sea ferromagnético, debe marcarse como "No compatible con RM".

-Dispositivos electrónicos. La introducción inadvertida en el imán de pacientes portadores de dispositivos electrónicos (marcapasos, implante coclear…) que presentan contraindicaciones para la realización de una RM. El daño potencial dependerá del tipo de objeto que se trate. Los dispositivos electrónicos pueden ver alterado su funcionamiento debido al campo magnético y, dependiendo del dispositivo que se trate, ello podrá suponer un riesgo para el paciente o un daño del dispositivo, en algunos casos irreversible.


--Medidas preventivas
-Establecimiento de varios filtros de seguridad, a cargo de diferentes personas para realizar el cribado de pacientes y detectar contraindicaciones: cuestionario de seguridad escrito en recepción, revisión oral de las contraindicaciones al pasarle a la cabina, chequeo del cuestionario antes de entrar a la sala. Es necesario asegurarse de que el paciente comprende las explicaciones recibidas, y de que el personal comprende lo que el paciente ha indicado en el cuestionario, especialmente si indica que porta algún elemento metálico.
-Facilitar el Manual de Shellock Cualquier elemento sospechoso se debe consultar en la lista de Shellock, para aclarar si el material es compatible, si se debe respetar un período de seguridad (para asegurar que no se desplazará) o si no es compatible.
-Colocación de carteles visibles en las zonas de recepción y sala de espera, informando de las contraindicaciones para la realización de RM.
-Obligatoriedad de realizar la exploración en bata y calzas en todos los casos, sin excepciones.
-Prestar especial atención a las personas que pueden entrar en la sala de RM sin ser pacientes (acompañantes del paciente, médicos de otras especialidades, rotantes) realizando una encuesta oral y comprobando visualmente y mediante preguntas que no llevan elementos metálicos.
-Enviar el cuestionario de seguridad a los trabajadores subcontratados, prestando especial atención a aquellas personas que puedan trabajar en la sala de RM en ausencia de personal de la Unidad (personal de limpieza, mantenimiento, etc.)

-Quench. Un quench es la fuga del helio que existe en el interior de los equipos de RM con imanes superconductivos para mantenerlos a bajas temperaturas. El helio es líquido a –273º C, pero al salir a la temperatura ambiente se evapora y se convierte en un gas incoloro e inodoro. Durante un quench, el imán deja de ser superconductivo: el campo magnético desciende en cuestión de segundos y el imán comienza pierde su refrigeración. Si el conducto de evacuación de gases no funciona adecuadamente, y el helio fluye a las instalaciones de RM, puede provocar: asfixia, al desplazar el oxigeno del aire, quemaduras por congelación si se entra en contacto directo, hipotermia o un aumento en la presión de la sala de RM, si la puerta está cerrada: se trata de una situación de riesgo vital. El quench es una situación excepcional, pero a lo largo de un ciclo vital de un equipo de RM es probable que el especialista se encuentre con alguno.


Medidas preventivas
-Tal y como suelen indicar los fabricantes, el usuario debe inspeccionar el conducto de evacuación de gases visualmente a intervalos periódicos para detectar cambios en la construcción que lo puedan afectar, salida obstruida o cualquier anomalía.
Quemaduras. Por efecto de la radiofrecuencia, durante un estudio de RM se produce siempre cierto depósito calórico en el cuerpo, que los dispositivos termorreguladores se encargan de neutralizar. En determinados casos, este depósito calórico se puede acumular en un punto, llegando a producir una quemadura. Las causas más frecuente son el contacto con determinados elementos del equipo (bobinas), las corriente inducidas por elementos conductores (cables o partes del cuerpo creando bucles) o el calentamiento de elementos metálicos (tatuajes, maquillaje permanente...).


Medidas preventiva:
-En pacientes con tatuajes, se les debe avisar del riesgo que existe, prestando especial atención a los sistemas que permitan controlar desde el puesto del técnico la situación del paciente (pantalla de televisión, sistema interfónico, timbre de llamada). También se pueden colocar compresas frías o una bolsa de suero encima para absorber la eventual formación de calor.
-Extremar las precauciones para evitar situaciones que favorecen las quemaduras al paciente, prestando especial atención a la colocación cuidadosa de bobinas y cables, evitando el contacto directo con el paciente y los contactos cutáneos (piernas o brazos cruzados).


Asegura Ana Capelastegui que "la gestión del riesgo asistencial en RM debe plasmarse en una Política de Seguridad escrita, donde se identifican riesgos, se establecen medidas preventivas y acciones correctoras y se definen las responsabilidades en materia de seguridad. Es conveniente disponer de un registro escrito de cualquier incidente, crear un entorno formativo dinámico y realizar periódicamente auditorías. Una acción preventiva básica es el estricto control del acceso a la sala de RM, dirigido a todas las personas que entren o puedan entrar en dicha sala y al material que pueda introducirse en ella".
Los centros que han pasado por la experiencia de un incidente grave, han revisado y modificado su política de seguridad. "Sin embargo", puntualiza la experta, "la situación ideal debe basarse en medidas preventivas, con objeto de tender a cero en el número de incidentes o minimizar sus efectos. La implantación de una política de seguridad facilita los sucesivos ciclos de mejora, y debe realizarse con sentido común para que no colisione con la alta presión asistencial de nuestros centros".

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