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30 September 2009

Salamanca acoge la IX Reunión de Expertos sobre "Calidad de Vida y Dolor"

Casi un tercio de la población española (29%) padece dolor crónico y las limitaciones en su vida cotidiana hacen que se sienta 30 años mayor de la edad real que tiene. Hasta la mitad de ellas ve limitada su actividad social y 8 de cada diez no duermen óptimamente. Así se ha revelado esta semana en la IX Reunión de Expertos que, bajo la dirección del Profesor Clemente Muriel, se ha celebrado en el Salón de Pinturas del Colegio Arzobispo Fonseca de Salamanca y que organiza La Cátedra Extraordinaria del Dolor "Fundación Grünenthal" de la Universidad de Salamanca y la Fundación Grünenthal. Bajo el título "Calidad de Vida y Dolor", numerosos expertos del país se han reunido para debatir cómo el dolor crónico influye en la calidad de vida y cómo mejorar la situación de estos pacientes.
El dolor crónico, de entre más de tres o seis meses de duración, presenta características invalidantes e incapacitantes que afectan negativamente a todos los aspectos de la vida social, familiar y laboral. De hecho, disminuye en un 25% la capacidad de mantener un estilo de vida independiente. Asimismo, 7 de cada diez de las personas que lo sufren ven reducida su habilidad para andar y hacer ejercicio, y en más de un 25% para la realización de tareas domésticas.
Pero el dolor crónico no sólo afecta al propio paciente, ya que también puede alterar hasta en un 25% las relaciones familiares y con los amigos, e incluso puede provocar la disminución de entre un 15 y un 20% de las relaciones sexuales. Este sufrimiento influye directamente sobre el rendimiento laboral, provocando que el 22% haya perdido el trabajo y el 8% tuvieran que abandonar un cargo de responsabilidad profesional. Por todo ello, es frecuente encontrarse con cuadros de depresión, que llega a presentarse hasta en un 29% de los pacientes con dolor crónico.
Para mejorar esta situación, en palabras del doctor Luis Miguel Torres, uno de los ponentes y director del Servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, "es fundamental un tratamiento adecuado, así como aumentar las Unidades del Dolor y crear un Plan Nacional del Dolor". Durante el encuentro, también advirtió que "actualmente el tratamiento del dolor crónico es muy deficiente porque hay pocos recursos y una gran carencia de Unidades de Dolor en nuestro país, lo que hace que el paciente no pueda acceder al especialista y tengamos una cifra tan elevada de afectados por el dolor".

-Evaluación de la calidad de vida
Aunque, como analiza la doctora Inmaculada Failde, profesora del Área de Salud Pública y Preventiva de la Universidad de Cádiz, "hemos mejorado en general en temas relacionados con la calidad de vida y la salud, pero todavía hay muchas cosas por hacer en el campo del dolor crónico. Debemos estudiar más las relaciones ya que hay muchos factores implícitos en la calidad de vida del paciente con dolor, así como realizar más estudios de seguimiento y el desarrollo de cuestionarios propios en nuestra lengua que recojan mejor la situación del paciente español".
Actualmente hay herramientas que pueden medir las repercusiones que el dolor causa en la vida del paciente que buscan todas las dimensiones de la persona: la función física, la psicológica, social, cognitiva, el bienestar general y el estatus socio-económico. Por una parte, analizan el carácter cuantitativo a través del estudio de indicadores sociales, psicológicos y del entorno. Junto a ellos, a nivel cualitativo, se procede a la evaluación de la movilidad, la capacidad que el paciente tiene para subir escaleras, la movilidad de las manos y la capacidad para realizar actividades diarias.
De las más importantes que disponemos hasta el momento destacan la escala de Nottingham, que tiene 38 ítems, y la SF 36, con 36 ítems. En ellas se miden diversos factores: la energía, el dolor, las reacciones emocionales del paciente, el aislamiento social y su movilidad física. Asimismo, estas escalas evalúan otras características de la actividad cotidiana como el trabajo, la vida doméstica, la vida familiar, el aislamiento social, el tiempo libre y la vida sexual. Por otra parte, también se emplean escalas de algidez y depresión, siendo las más reconocidas las de Hamilton y la de Beck, cuyo objetivo es averiguar si el paciente con cuadro de dolor tiene ansiedad o depresión.
"Son escalas complejas porque valoran varios ítems y requieren mucho tiempo por lo que se utilizan habitualmente en los estudios de investigación o por especialistas que están evaluando estudios epidemiológicos, pero en la práctica clínica apenas se emplean porque consumen más tiempo del que se dispone en consulta" afirma el doctor Torres. "Por ese motivo, en la práctica se suele valorar los cuatro ítems más sencillos: la movilidad, el subir escaleras, las manos y la actividad de la vida diaria".
"Todavía no se han generalizado en la práctica clínica diaria evaluaciones que analicen cómo el dolor afecta al día a día del paciente. Para generalizarlo, sería fundamental crear instrumentos más útiles, más fáciles y acortar el proceso para su abordaje, ya que el profesional se queja de que supone un trabajo y tiempo añadido del que no dispone", puntualiza la doctora Failde.

-El dolor desde la perspectiva del paciente
"El dolor es un elemento subjetivo y uno de los síntomas que peor se lleva por parte del paciente porque, aparte de ser una señal que recuerda a la enfermedad, que afecta en tres dimensiones, no sólo de manera individual, sino también familiar y en el entorno social", indica el doctor Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes.
A pesar de ello, la aceptación del sufrimiento es especialmente alta en nuestra cultura que se asume como algo inevitable e inherente a la enfermedad, llevando a la resignación. Este grado de conformidad influye a su vez en que los médicos no presten la atención necesaria para este problema.
Además, como se ha mostrado en esta reunión, los propios pacientes deben saber expresar a los expertos sanitarios su origen, localización, intensidad, características y grado de afectación. "Es importante educar a los pacientes en el manejo del dolor, ya que ayuda a su diagnóstico y un buen control" afirma el doctor Albert Jovell. "El perfil del paciente con dolor es muy variado y depende de cada caso clínico. Por ello es necesario una buena entrevista clínica para el manejo adecuado del dolor crónico".
Asimismo, se puso de manifiesto la importancia de un abordaje multidisciplinar con la participación de todos los agentes, tal y como declaró el doctor Alejandro Tejedor, del Grupo de Enfermedades Reumáticas de la Semfyc. "Desde Atención Primaria, entendemos que se debe evitar fragmentar al paciente y abordar una estrategia global que valore la situación individual de cada paciente, su enfermedad crónica de base, su co-morbibilidad y su medicación, con un abordaje integral donde se debe intentar implicar al paciente y su entorno, potenciando fundamentalmente la comunicación, la evaluación emocional psicoafectiva del paciente, los autocuidados, los grupos de ayuda y otros recursos no específicamente socio-sanitario".

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