Traductor

10 September 2009

Para la CESM el personal sanitario será la clave para sobrellevar sin sobresaltos los efectos de la gripe A

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) mantiene el criterio de que la organización de los centros sanitarios y del personal con el que cuentan será la principal clave que permitirá hacer frente sin grandes sobresaltos a los consecuencias de la previsible epidemia de gripe A durante los próximos otoño e invierno.
"Si hay algo en lo que deberían estar centrados quienes tienen competencias para ello, eso es el modo en el que los servicios sanitarios van a estar dispuestos para racionalizar la carga de trabajo que se nos avecina, lo que requiere, por otra parte, una atención especial a las medidas de autoprotección de quienes atenderemos a los pacientes", comenta Beatriz Ogando, secretaria del área de salud laboral de CESM.
Al margen de que no se esté haciendo todo lo posible a este respecto, los sindicatos médicos apuntan a que el actual alarmismo con el que la población en general percibe la evolución de la gripe A, es uno de los mayores riesgos a que se expone el sistema asistencial, toda vez que podría traducirse en una presión injustificada y perjudicial que dificultaría el funcionamiento normal de los servicios sanitarios.
Para evitar esta situación, el comité ejecutivo de CESM, reunido hoy en Madrid, estima imprescindible mantener una información a la población seria, rigurosa y con criterios epidemiológicos y clínicos profesionales, de forma que toda la sociedad conozca la situación y se haga responsable de la misma.

-LOS DATOS TRANQUILIZADORES DEL HEMISFERIO AUSTRAL
Un buena manera de que la gente vaya digiriendo lo que puede dar de sí la nueva infección es comprobar lo que ha sucedido estos meses en el hemisferio austral, donde a pesar de no contarse con vacunas, la incidencia ha sido similar a la de gripe habitual, a excepción de una mayor repercusión en jóvenes y niños, y de una también mayor intensidad de afectación respiratoria en los casos graves.
Unos cuantos datos permiten hacerse una idea de la situación. Durante el invierno austral han fallecido, según cifras de la OMS, unas 1.800 personas por gripe A, cuando sólo en España el virus de la influenza estacional provoca entre 2.000 y 3.000 muertes anuales. En países como Chile los casos registrados no han superado el 2,1%. Y en Nueva Zelanda el índice de mortalidad se ha establecido en 5 por cada 100.000 habitantes.
Esto debe llevar a concluir que probablemente no estamos ante una infección muy peligrosa. De hecho, y si el desarrollo conocido no experimentara imprevistos (que aunque no imposibles, de momento no hay base científica para esperarlos), habría que afirmar que la gripe A resulta más contagiosa que la estacional pero más benigna y de mortalidad menor. Todo lo cual significa que en la inmensa mayoría de los casos, y hablando de personas sanas, los síntomas remitirán en un período de entre 3 y 7 días de forma natural incluso cuando no se demande asistencia médica.

-EL PEOR ESCENARIO
De lo dicho se deduce, y volvemos al planteamiento inicial, que sólo un exceso de dramatización por parte de los potenciales afectados, que seguramente terminarán siendo muchos aunque con sintomatología benigna, puede poner en jaque las estructuras sanitarias.
Se trata desde luego de una eventualidad que no hay que descartar, y es justo en este punto donde CESM insiste en ser previsores.
Como primera medida, lo aconsejable es informar bien a la población para que valore de modo juicioso los síntomas que pueda presentar y haga, en consecuencia, un buen uso de los recursos de salud.
No obstante, y como quiera que advertimos serias dificultades en lograr este objetivo, lo siguiente ha de consistir en disponer al sistema sanitario propiamente dicho para que se maneje con desenvoltura en el peor escenario que quepa imaginar.
En este sentido, desde CESM se aconseja lo siguiente:
· Vigilar que las medidas de protección de los profesionales son las adecuadas y se encuentran activas y accesibles en todo momento.
· Valorar la especial situación de aquellos trabajadores sanitarios con problemas de salud o situaciones que incrementan el riesgo de padecer formas graves de la enfermedad (patologías crónicas, embarazo, etc.),y detallar su actividad asistencial, enfocándola hacia la atención de patologías no relacionadas con la gripe.
· Analizar la modificación de las condiciones laborales y de ejercicio profesional de los médicos, siempre que estén justificadas por la situación real de la epidemia.
· Reducir la carga burocrática al mínimo para que los médicos estén en condiciones de dedicar la mayor

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud