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22 July 2009

Dos de cada tres ictus debidos a la fibrilación auricular podrían evitarse con un tratamiento anticoagulante adecuado


La fibrilación auricular es la alteración del ritmo cardiaco más frecuente de todas, afectando a 4,5 millones de europeos. Se estima que una cuarta parte de las personas mayores de 40 años desarrollará este desorden, cuya prevalencia aumenta con la edad e incrementa el riesgo de ictus hasta 7 veces. A pesar de esto, un número significativo de estos pacientes no recibe un tratamiento preventivo adecuado debido a las limitaciones de los fármacos disponibles. A este respecto, Boehringer Ingelheim ha puesto en marcha el estudio RE-LY, en el que están participado más de 18.000 pacientes (9 centros de España), y cuyos resultados pueden suponer una revolución en el tratamiento preventivo del ictus en pacientes con fibrilación auricular. Se trata del mayor ensayo clínico sobre este desorden realizado hasta la fecha.

Con los objetivos de incrementar el conocimiento acerca de todas aquellas patologías asociadas al tratamiento anticoagulante, y ofrecer las claves del estudio RE-LY, sobre prevención de ictus en fibrilación auricular, cuyos resultados se presentarán en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2009), la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN) y Boehringer Ingelheim han organizado el Seminario de Formación de Periodistas "Nuevas perspectivas en anticoagulación", celebrado en Madrid.
Aunque España no cuenta con estudios epidemiológicos muy amplios sobre este desorden, "la experiencia de nuestros profesionales indica que su prevalencia es muy similar a la del resto de países europeos", señala el doctor José Ramón González Juanatey, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. La fibrilación auricular "constituye un enorme problema de salud, pues incrementa considerablemente el riesgo de desarrollar eventos cardiacos e ictus", añade. Según datos aportados por el propio experto, esta patología cardiaca "es responsable de, al menos, el 35% de todos los ictus". Todos estos datos "hacen necesarias investigaciones específicas sobre esta patología", que está muy relacionada con la morbi-mortalidad cardiovascular.
"Estudios recientes, como el AFFIRM y el RACE, dejan entrever que, en la inmensa mayoría de pacientes con fibrilación auricular, quizás sea más efectiva la estrategia terapéutica que combina el control de la frecuencia cardiaca con la anticoagulación que intentar la cardioversión (procedimiento que permite restablecer el ritmo normal del corazón)", explica el experto. "Evitar la taquicardia (mediante el control de la respuesta ventricular) y reducir el riesgo de ictus son las dos medidas fundamentales a llevar a cabo en este colectivo", señala. Por todo esto, "las guías de práctica clínica ya indican que gran parte de estos pacientes deben estar crónicamente anticoagulados", añade.


-En busca del mejor anticoagulante oral
La comunidad científica lleva muchos años buscando un anticoagulante oral tan eficaz como el tratamiento de referencia actual (Sintrom® -acenocumarol-), pero que no requiera controles de ningún tipo, ya que "éstos constituyen una enorme carga para los sistemas sanitarios y para el paciente", afirma el doctor González Juanatey. En este sentido, a finales de agosto se conocerán los resultados del estudio RE-LY, sobre fibrilación auricular, que ha comparado Pradaxa® -dabigatrán -, el revolucionario anticoagulante oral de Boehriger Ingelheim (un anticoagulante oral de referencia como la warfarina), con acenocumarol. "Si los resultados son los que esperamos, estaremos asistiendo a una revolución en el campo de la medicina cardiovascular, y lograríamos la meta buscada durante tantos años". De momento, dabigatrán está indicado en la prevención del tromboembolismo venoso tras cirugía ortopédica de rodilla y cadera, donde "ha es muy bien tolerado y equiparable a la terapia estándar".
El equilibrio entre seguridad y eficacia es un factor clave en este tipo de fármacos, pues "deben garantizar un adecuado nivel de anticoagulación, que impida la formación de coágulos susceptibles de provocar trombos e ictus, y al mismo tiempo, deben ser seguros", explica el experto. "Ahora sabemos que con dabigatrán es posible obtener un nivel estable de anticoagulación con bajo riesgo de sangrado y la dosis que se utiliza se mantiene de manera crónica, evitándose los fastidiosos controles periódicos que requiere el tratamiento estándar para ajustar dicha dosis", apunta. "La experiencia en la prevención del tromboembolismo venoso es excelente, y el fármaco se ha mostrado eficaz y seguro", concluye.

La fibrilación auricular y la valvulopatía reumática son las dos patologías con más pacientes en tratamiento anticoagulante oral, según datos aportados por la doctora Mª Ángeles Fernández, asesora de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN).
Las personas que han sufrido una trombosis y/o una embolia y las que tienen peligro de sufrirlas; las que portan prótesis valvulares cardiacas; las que tienen el corazón muy dilatado; las que presentan trastornos del ritmo cardiaco, y aquéllas que han nacido con un defecto en la sangre que les hace más propensos a sufrir una trombosis (trombofilia), son los colectivos que suelen requerir tratamiento anticoagulante oral. A este respecto, "un buen control del tratamiento anticoagulante oral evitaría un gran número de embolias cerebrales (en prótesis vasculares cardiacas y en cardiopatías) y recidivas de tromboembolismo venoso o arterial, y por lo tanto, ahorraría costes", explica la experta.
"Los problemas más frecuentes con que se encuentran los pacientes en tratamiento anticoagulante oral son: la masificación de los centros sanitarios donde se realizan los controles de anticoagulación; la demora para obtener los resultados del control y la revisión de la dosis de anticoagulante cuando no se realizan en el mismo centro y/o día, y la falta de criterios comunes, a nivel nacional, de los distintos aspectos que afectan al anticoagulado y su tratamiento, y la adecuada protocolización de este tipo de tratamiento", según Luciano Arochena, presidente de la FEASAN.


-Tratamiento de prevención del ictus en pacientes con fibrilación auricular
Dos de cada tres ictus debidos a la fibrilación auricular pueden evitarse con un tratamiento anticoagulante adecuado, según el doctor Carlos Coronell, del Área Médica de Boehringer Ingelheim. Debido a las limitaciones del tratamiento actualmente recomendado, aproximadamente el 50% de los pacientes diagnosticados de esta patología y riesgo de ictus no reciben ningún tratamiento anticoagulante. Dice este experto que los pacientes que sí lo reciben permanecen en el intervalo terapéutico indicado únicamente el 50% del tiempo. Por todo esto, son necesarios nuevos anticoagulantes orales, eficaces y seguros, que superen las limitaciones de los antagonistas de la vitamina K (AVK), necesaria para elaborar alguno de los factores que intervienen en la coagulación de la sangre.
Dabigatrán es un inhibidor oral reversible y directo de la trombina, factor clave de la cascada de coagulación. "Estamos ante el anticogualente oral de nueva generación en más avanzada fase de desarrollo clínico para la prevención del ictus en la fibrilación auricular, y proporciona una anticoagulación predecible y constante sin la necesidad de realizar un control periódico de la coagulación", señala el doctor Coronell. Además, "presenta un bajo potencial de interacciones farmacológicas y ninguna interacción alimentaria".

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