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30 March 2009

Cada día fallecen en España más de 300 personas por una enfermedad cardiovascular

Cada día fallecen en España más de 300 personas por una enfermedad cardiovascular, lo que representa que una de cada tres muertes está asociada a estas patologías. En los 30 últimos años se ha registrado una disminución en su riesgo de muerte aunque, por el contrario, se ha triplicado la tasa de morbilidad hospitalaria. En el año 2006, la tasa de morbilidad hospitalaria se sitúo en 1.364 por cada 100.000 habitantes y ocasionó más de cinco millones de estancias hospitalarias.
"Las enfermedades cardiovasculares –afirma el doctor José María Lobos, coordinador científico del Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Cardiovascular (CEIPC)- constituye el principal problema sanitario en nuestro país. Es la primera causa de mortalidad y discapacidad, además de contribuir de forma sustancial al aumento de los costes de asistencia sanitaria. Por este motivo, una de las prioridades de los sistemas de salud en la actualidad se basa en la prevención".
De acuerdo con varios estudios, la prevención de la enfermedad cardiovascular podría reducir hasta en un 50% la mortalidad por estas patologías. "En concreto, un trabajo ha demostrado que al abandono de hábito del tabaco se le podía atribuir hasta el 48% del riego de mortalidad por cardiopatía isquémica", –señala el doctor Fernando Villar, de la Sociedad Española de Arteriosclerosis-".

-Adaptación española
En esta línea, el Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Cardiovascular, integrado por quince sociedades científicas involucradas en la enfermedad cardiovascular junto con el Ministerio de Sanidad y Consumo y el Instituto de Salud Carlos III, han adaptado y consensuado la Guía Europea de Prevención Cardiovascular en la Práctica Clínica. "Es una iniciativa de las principales sociedades europeas involucradas en la prevención cardiovascular –precisa el doctor Miguel Angel Royo-Bordonada, coordinador técnico del CEIPC- y permite disponer de un único documento en prevención cardiovascular consensuado por los profesionales y adaptado a la realidad española".
"Normalmente, cada sociedad científica suele emitir sus recomendaciones, la mayoría son similares pero con matices diferentes, lo que genera confusión en los profesionales. Con esta guía pretendemos unificar los criterios desde la evidencia científica y proporcionar al médico y al profesional de enfermería de atención primaria una guía sintética y con recomendaciones claras, consensuadas y actualizadas, para evitar la multiplicidad de criterios y que los médicos tengan que invertir mucho tiempo consultando varios documentos parecidos", explica el doctor Royo.

-Escasa implantación
No obstante, la aplicación de las recomendaciones y guías es baja "tanto en España como en otros países de nuestro entorno", asegura el doctor Villar. De hecho, según los datos del estudio Euroaspire en pacientes hospitalizados por cardiopatía isquémica, en los últimos diez años no ha disminuido de forma significativa el consumo del tabaco, y por el contrario, ha aumentado de manera importante la obesidad y la diabetes, "produciéndose una brecha entre las recomendaciones y lo que realmente se hace", apunta.
"Además del bajo nivel de implementación en la práctica real de las guías –matiza el doctor Royo-Bordonada-, puesto de manifiesto por el pobre control de los principales factores de riesgo cardiovascular en nuestro país, el estudio Euroaspire III muestra que sólo el 31% de los pacientes han tenido acceso a programas de prevención secundaria y rehabilitación cardiaca, dejando patente el considerable potencial de mejora que existe todavía para elevar el estándar de la prevención cardiovascular como sería deseable".
En opinión de los coordinadores del CEIPC, existen múltiples barreras que están impidiendo la promoción y la adopción de estas guías, y con ello, la adquisición de hábitos de vida saludables. "Junto con la falta de tiempo y de recursos, existen otros componentes del propio sistema que están limitando la implementación de las guías, como la infrautilización de medidas y estrategias de intervención que ya han demostrado su validez, en estudios como el Euroaction y, a nivel nacional, el Preseap. La falta de cultura preventiva y la escasa formación de los médicos en habilidades para la modificación de comportamientos constituyen otras barreras importantes, a las que, por último, habría que añadir, la resistencia de los pacientes a cambiar de hábitos y un entorno social desfavorable, promotor de estilos de vida cardio-perniciosos".

-Políticas estatales
Por ello, el CEIPC considera que la implementación de medidas de prevención requiere, por un lado, la puesta en marcha de políticas a todos los niveles (estatal, autonómico y local) que insistan en el abandono del tabaquismo, en la alimentación saludable y en fomentar la actividad física en todas las edades, dotando de recursos suficientes a las mismas. Por otro lado, favorecer un mayor conocimiento de la enfermedad por parte del paciente y, a nivel de atención primaria, desarrollar programas de información y educación basados en estrategias eficaces. "Asimismo, es necesario –precisa el doctor Royo- Bordonada- contar con más tiempo en la consulta y disponer de herramientas de todo tipo, incluidas las informáticas, que faciliten la aplicación de guías de práctica clínica sintéticas, sencillas, claras y adaptadas a nuestro entorno, como las del CEIPC".
En este sentido, la Guía Europea de Prevención Cardiovascular en la Práctica Clínica hace un especial énfasis en la prevención primaria, es decir, en población con factores de riesgo y en población general. Como subraya el doctor Lobos, "la muerte por la enfermedad cardiovascular se produce con frecuencia de manera súbita y antes de acceder a los servicios sanitarios por lo que las posibilidades de oportunidades de actuación se reducen. De ahí, la importancia de intentar modificar los hábitos de vida de los ciudadanos, en especial de los grupos de riesgo, sobre todo cuando sabemos que la mayoría de los casos de ECV están relacionados con hábitos de vida modificables".
De acuerdo con el consenso, existen varias características que son necesarias para alcanzar el nivel óptimo de salud cardiovascular:
-Evitar el consumo de tabaco
-Actividad física adecuada (al menos 30 minutos al día)
-Dieta saludable
-Ausencia de sobrepeso
-Presión arterial por debajo de 140/90mmHg.
-Colesterol total por debajo de 200 mg/dL.

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