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08 November 2008

La obesidad es un factor de riiesgo para el desarrollo del asma



En los últimos años se ha observado un aumento del número de personas con asma y obesidad en los países desarrollados, un hecho que ha llevado a realizar diferentes estudios sobre el grado de relación entre ambas patologías, en los que se intenta asociar el asma a la obesidad. En esta línea, los últimos estudios realizados para explicar la relación entre asma y otras patologías serán analizadas en el marco del Congreso de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) que concluye en Bilbao el próximo sábado 8 de noviembre.

En palabras de la doctora Pilar Barranco, Alergóloga del Hospital La Paz de Madrid, “Según los resultados de los metaanálisis realizados por Beuther en adultos y por Flaheman en niños, la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de asma. En la actualidad hay dos hipótesis que intentan explicar esta asociación. En la obesidad existe una inflamación sistémica basal debida a las adipocinas que libera el tejido adiposo. Esta adipocinas podrían afectar al pulmón, favoreciendo el desarrollo de asma; tal como se ha objetivado en modelos experimentales. Por otro lado, la obesidad altera la mecánica ventilatoria pulmonar. Estudios muy recientes de hiperreactividad bronquial en asmáticos han observado un aumento de la capacidad funcional residual y una disminución de la capacidad inspiratoria que se da sólo en los asmáticos obesos”.

Algunos autores han observado que la obesidad puede ser un factor de mala evolución del asma. También se ha comprobado que el tratamiento del sobrepeso y la obesidad influyen en forma positiva en el tratamiento del asma. La disminución del peso en personas asmáticas mejora los síntomas a la vez que disminuye no sólo la utilización de otra medicación que no sea la necesaria para el asma, sino también el número de exacerbaciones que precisan de ingreso hospitalario y/o visita a los servicios de urgencias.

“Por tanto, siempre es recomendable que los asmáticos con sobrepeso adelgacen, no sólo por su asma, sino también para prevenir otras enfermedades asociadas a la obesidad” –añade la doctora Barranco. Todas las personas que padecen una enfermedad crónica deberían disponer de un programa de educación terapéutica para cumplir correctamente el tratamiento y mejorar su calidad de vida. En el asma, aspectos como la nutrición y el control del peso deberían formar parte de dicha educación.

-El efecto protector de la dieta Mediterránea
Además de otras ventajas ya conocidas, la dieta mediterránea, rica en fruta, verdura y frutos secos, protege del asma y la rinitis alérgica, según una investigación recientemente publicada en la revista Thorax. Cuestionarios detallados sobre los hábitos de alimentación de casi 700 niños ente 7 y 18 años sirvieron para clasificar a los niños en función de si seguían una dieta de estilo mediterráneo o no. El efecto de la dieta fue especialmente significativo en la rinitis alérgica, pero también protegía frente al asma y la alergia cutánea. Así, los niños que comían frutos secos al menos tres veces por semana tenían menos riesgo de desarrollar problemas respiratorios.

La explicación estaría en el alto contenido de vitamina E en los frutos secos, la primera defensa que tiene el organismo para frenar el daño celular que provocan los radicales libres. Además, contienen mucho magnesio que, según otras investigaciones, ofrece cierta profilaxis frente al asma al estimular la capacidad pulmonar.

En este sentido, como comenta la doctora Barranco “se han publicado varios artículos respecto a la dieta mediterránea como protectora del desarrollo de asma; algunos muy interesantes por grupos españoles; pero creo que son insuficientes para llegar a una clara conclusión. Desde luego, la dieta mediterránea es la más saludable, independientemente de que se padezca o no asma”.

-Tratamiento del asma
En España, cerca del 30% de los pacientes alérgicos son, al mismo tiempo, asmáticos. El asma es una enfermedad de las vías respiratorias que se caracteriza por tres problemas: obstrucción, inflamación e hiper-reactividad. Dada su complejidad requiere de cuidado médico continuo. “A pesar de los tratamientos con que contamos en la actualidad, no estamos consiguiendo controlar la evolución del asma. El problema ha sido que, hasta la fecha, el asma se trató como una enfermedad única, con un solo tratamiento y diagnóstico, pero los últimos estudios avalan lo contrario. El asma es una patología con varias presentaciones y cada paciente es diferente, por lo que demanda una terapia “a medida”, explica el doctor Ignacio Antepara, coordinador del Comité Organizador del XXVI Congreso de la SEAIC y jefe del Servicio de Alergología de Hospital de Basurto de Bilbao.

En la actualidad, el manejo del asma se basaba en un consenso en el que el asma se distinguía en varias categorías, en función de los síntomas: intermitente; leve y moderado; y grave. “Pero en la práctica clínica los alergólogos hemos visto que todos los tipos de asma no se pueden encuadrar así”, continúa este especialista. “En esta enfermedad se aprecian diferencias en la evolución y el pronóstico, por factores como la edad e incluso por el clima. Así, no tiene nada que ver un asma provocado por el polen de olivo en Jaén que por los ácaros del polvo en la ciudad de Bilbao. Por ello, los consensos que intentar reducir el asma a dos o tres conceptos no nos sirven”.

“Es por tanto que el tratamiento del asma debe ser personalizado. Cada terapia debe ser aplicada a cada paciente como si se tratara de un “cóctel” a medida, a cada uno lo que necesite, no todos lo mismo, al igual que se hace con la inmunoterapia. Sólo de este modo podremos detener el avance de esta enfermedad”, concluye el doctor Antepara.

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