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04 November 2008

Francisco Alonso Fernández: "Son necesarias Unidades de Salud Mental que apoyen al joven que se queda en paro"

La creación de unidades de salud mental puede ser una medida clave de apoyo a las personas que se quedan en el paro o no acaban de conseguir un empleo, especialmente entre los más jóvenes. Así lo cree el profesor Francisco Alonso-Fernández, catedrático emérito de psiquiatría y psicología médica y Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), que acaba de publicar su último libro, ¿Por qué trabajamos? El trabajo entre el estrés y la felicidad (Ediciones Díaz de Santos). La obra reflexiona sobre la actividad laboral como fuente de felicidad para unos y malestar e incluso enfermedad para otros en una época como la actual caracterizada, según este experto, por un incremento de problemas psíquicos y psicológicos asociados al trabajo o la falta del mismo.
En este ensayo literario y científico, que se enmarca en el área de Filosofía de la Salud, se analiza cómo la capacidad de trabajar se ha convertido hoy en día en un parámetro de salud psicofísica fundamental cada vez más valorado por la sociedad. Según el profesor Alonso-Fernández, la actividad laboral se ha vuelto imprescindible para que uno forme parte de la realidad social y para estimular el proceso de maduración de la personalidad. "La persona en paro se encuentra privada del ejercicio de una dimensión sustancial de su vida y frustrado por no poder cumplir el compromiso contraído a voluntad propia consigo mismo y con los demás para aportar algo productivo", comenta.

Según el profesor Alonso-Fernández, el impacto vivencial y los efectos por no conseguir el primer empleo o de haberlo perdido con celeridad pueden suponer un evidente trauma psíquico sobre el trabajador. "En el afectado aparece la desorientación, una tendencia a la incredulidad, ansiedad, temores e incluso violencia como respuesta por la frustración experimentada. A medida que la falta de trabajo se prolonga, se va apoderando del sujeto una sensación de un duelo irreparable y se van disipando las esperanzas de reorganización vital, lo que explicaría la incidencia de depresión entre los desempleados que no saben o no pueden reaccionar". Para el académico, la mejor estrategia de defensa de la salud mental es continuar con la organización de un plan de vida activo mantenido con la ilusión de encontrar pronto una nueva ocupación. "Los efectos nocivos de la carencia de trabajo sobre la salud mental del desempleado se aminoran considerablemente cuando se dispone de un conjunto sociofamiliar estable y una base económica lo suficientemente sólida", añade.

-La salud mental de personal sanitario y docente
El manual dedica dos capítulos a la salud mental de médicos y profesores. En la obra se indica que la ocupación sanitaria es una de las actividades profesionales más duras y con mayor riesgo para la salud, ya que se permanece día tras día entregado al cuidado de los pacientes y la sobrecarga de responsabilidad es motivo de estrés. En el caso de profesores, el profesor Alonso-Fernández asegura que la acumulación de factores psicosociales negativos o desfavorables convierte la docencia en una categoría socioprofesional también de riesgo para la salud. A este problema no es ajeno aspectos como la masificación y rebelión en las aulas, alumnos hostiles y padres acusadores, todo lo cual dibuja un panorama muy diferente al de hace unos años. "El proceso de victimización profesional específica compartida por los sanitarios y los profesores se debe menos a las correspondencias características de sus respectivos actividades profesionales, que al asiduo contacto directo con unos clientes en situación energética presta a la descarga violenta", aclara este experto.

-La vida en cuatro sectores
En el libro ¿Por qué trabajamos?, su autor proporciona orientaciones sobre el modo de organizar nuestra vida en cuatro sectores que bien manejados ayudan a prevenir el estrés: el trabajo, procurando que esté integrado en nuestra personalidad; el descanso, la interacción sociofamiliar, es decir la convivencia con amigos, pareja y familia; y el aprovechamiento del tiempo libre. Sobre este último aspecto, el profesor Alonso-Fernández afirma que el modo que hay que ocupar el enorme volumen de tiempo extralaboral es un tema acuciante en el presente. "La solución más cabal y adecuada puede ser la partición sistemática del día en tres parcelas omnipresentes en la vida humana, cuyo denominador común es el apartamiento del trabajo: tiempo de sueño, tiempo sociofamiliar y tiempo libre. Esta distribución constituye una norma de salud mental y, a la vez, cuando las cuatro parcelas se mantienen armónicas, representa una sólida clave de felicidad", concluye.

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