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Cerca de un millar de profesionales sanitarios e investigadores implicados en el estudio y tratamiento del dolor —médicos, investigadores, psicólogos, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y otros— analizarán las últimas evidencias en el diagnóstico y tratamiento del dolor crónico, que afecta a cerca de 9 millones de españoles, en el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED), que tendrá lugar en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga del 28 al 30 de mayo. Se calcula que el dolor crónico ocasiona más de 35 millones de consultas médicas anuales y un gasto casi un tercio de Producto Interior Bruto (PIB), en carga social y humana. “Afecta especialmente a mujeres y a mayores de 55 años, aunque en algunos grupos, como los niños, está infradiagnosticado”, explica la doctora María Madariaga, presidenta de la SED. Las dolencias más comunes en la población adulta son dolor lumbar (57%), contracturas musculares (49,5%), dolor cervical (44,6%) y artrosis (33,7%). Uno de los focos de atención en el Congreso será la depresalgia, término diagnóstico acuñado por el psiquiatra Dr Martin Vargas de la UDOVA (Valladolid) para definir una condición cada vez más reconocida que combina dolor crónico, síntomas depresivos y estrés persistente, y que genera un alto grado de sufrimiento y limitación funcional. “Cada día disponemos de mayor evidencia sobre la relación bilateral entre dolor y salud mental. No solo el dolor crónico deteriora la salud mental, sino que una salud mental deteriorada puede agravar la percepción del dolor, creando un círculo vicioso del que es difícil salir sin ayuda. Por ese motivo, necesitamos formar adecuadamente a los profesionales sanitarios de todas las disciplinas de ciencias de la salud implicados en la asistencia al dolor. Nuestro congreso es por ello una cita anual obligada en la profundización y la puesta al dia. Nuestro objetivo no es otro que el de ser capaces de ofrecer un enfoque terapéutico integral”, comenta la doctora Madariaga. Los problemas de sueño, particularmente el insomnio, “han demostrado ser uno de los principales factores contribuyentes a la discapacidad relacionada con el dolor crónico, de ahí su importancia temática en nuestro congreso”, añade. El 69% de los pacientes sufre trastornos del sueño. “Esta edición pone énfasis en el abordaje multidisciplinar real, con la participación de profesionales nacionales e internacionales de distintas especialidades, porque el dolor es complejo y su tratamiento debe ser global y coordinado”, destaca la doctora María Luz Padilla del Rey, presidenta del Comité Científico del Congreso. El programa científico del Congreso “está planteado desde el abordaje biopsicosocial del dolor, como modelo reconocido de excelencia en el abordaje del mismo. Dentro de lo biomédico podremos el foco en tratamientos más innovadores y seguros como la medicina regenerativa, con terapias celulares y biológicas orientadas a la reparación de tejidos y en el uso de tecnologías emergentes, como el ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU), para el tratamiento del dolor crónico. Entre las novedades terapéuticas se presentarán tratamientos farmacológicos de última generación, técnicas de neuromodulación, estrategias no invasivas y un enfoque integral que contempla tanto los aspectos físicos como emocionales del paciente. Los últimos avances en neurociencia también tendrán protagonismo, con sesiones dedicadas la investigación más novedosa en marcadores cerebrales y medulares de neuroinflamación, que permita una mejor comprensión y el desarrollo de nuevas dianas terapéuticas para tratar y prevenir los cuadros de dolor de mayor complejidad. Habrá también un espacio dedicado a la realidad virtual, en el que se expondrán las experiencias de varios centros de salud y hospitales con salas inmersivas y avatares que han conseguido reducir el dolor de sus pacientes. |